yo soy ai

Seishun Collection (Cap.8)

Kameririn les pide una gran disculpa por la demora...aqui su nuevo capi n.n

Clasificasion: R-0

Capitulo 8: Olvido.

Todos en la habitación se volvieron locos. Las enfermeras corrieron a inspeccionar al recién despertado, mientras que Eric mandó a una criada a buscar al señor Arturo.
Gaki y el resto no cabían en su asombro.
-¡Ai-chan! -Gaki chillo de júbilo lanzando a una enfermera a un lado para acercarse y darle un abrazo a su amigo. -¡Despertaste!
-Cuidado señor, tiene las costillas rotas.
-¡ITAIIII!
Demasiado tarde.
La tensión del ambiente se desvaneció cuando la habitación explotó en carcajadas. Sayu miró emocionada a Jun y a Eric que tenían una sonrisa de oreja a oreja, y ella hizo lo mismo.
¡Todo estaba bien ahora!
Estaba tan feliz que pensó que se echaría a llorar.
-¡Señorito! -entró vociferando el mayordomo casi botando la puerta a su paso.-¡Señorito, despertó!
Una súbita emoción invadió el anciano rostro del hombre cuando vio a su amo y las lágrimas no tardaron en aparecer. La mamá de Sayu surgió detrás de él.
-¡¿Despertó?!
-¡¿Cómo se encuentra, señorita enfermera?!
-Pulsos vitales bien, presión arterial bien, pero…
-¿Quiénes son estas personas tan raras? -preguntó la confundida y temblorosa voz de Takahashi Ai. Parecía un tanto asustado con tanta gente a su alrededor.-¿Dónde estoy? ¿Qué me pasó?
-¿Cómo que quienes son, Ai-chan? –le preguntó Gaki divertido.-No seas tan rudo con las enfermeras. Después de todo te han cuidado todo este tiempo.
El muchacho lo miró con extrañeza.
-¿Ai-chan? ¿Quién es Ai-chan?
La radiante sonrisa en el rostro de Sayu se desvaneció por completo y fue inevitable que se llevara las manos a la boca. Esto no podía estar pasando. ¡No! ¡Takahashi Ai no podía haber perdido la memoria! ¡¿Él estaba bromeando, cierto?
-¡Voy a llamar al Doctor! -anunció Arturo y salio disparado de la habitación.
-¿Cómo que quien es Ai-chan? ¡Tú por supuesto!
-¿Yo? Pero si yo me llamo…me llamo…
El chico pareció quedarse en blanco y arrugó la frente como haciendo un esfuerzo para recordar.
-¡Takahashi Ai! Mi mejor amigo, compañero de la escuela ¡mira! Estos son Kame y Jun. Son medio idiotas, pero aun así estoy seguro de que los recuerdas.
-Yo…-el muchacho se pasó una mano por la frente, con expresión compungida.-No recuerdo…no puedo recordar nada…
-¡Ya para la broma, Ai-chan! ¿Cómo que no recuerdas nada?
- Gaki-san.-lo llamó por detrás Eric colocando una expresión seria.- Será mejor que lo dejes en paz.
-Pe…pero…¡¿Qué tonterías estas diciendo Ai-chan?! ¡Ya deja de bromear! ¡No es gracioso! ¡Hemos estado muy preocupados por ti!
Sayu sintió como se le encogía el corazón al ver el rostro de profunda desesperación de Gaki. Esto no podía estar pasando realmente.¡Tenia que ser un sueño! ¡No, una pesadilla!
-¿Qué me pasó? ¿Quién eres tú? Yo…mi cabeza…duele mucho.-se la sujetó con las manos.- ¡Duele!
-Señor, será mejor que lo deje tranquilo ¿si? Necesita descansar. Él no está bien.-le dijo una de las enfermeras.
-¡¿Cómo que lo deje tranquilo?! ¡Es mi mejor amigo y…y – brincó sobre la cama para tomar a Ai por lo hombros y comenzó a sacudirlo.-¡Soy yo Ai-chan! ¡Reacciona! ¡¿No me reconoces?!
Ai lo miró asustado.
-¿Quien eres tú?
-Vamos Gaki-san, salgamos de aquí. Déjalo ya.
-Bajemos a la sala, necesitas calmarte.
Entre Eric y Jun lo tomaron de los brazos.
-¡Suéltenme! ¿Qué creen que están haciendo? ¡suéltenme inútiles! ¡Tengo que hablar con él! ¡Tiene que reaccionar! ¡Ai-chan diles algo! ¡Ai-chan!
Pero los chicos ignoraron sus gritos de protesta y lo sacaron por la fuerza en medio de reclamos, insultos y pataleos.
Sayu pensó que también debía salir de ahí.
Le dio una última mirada al pobre muchacho sobre la cama y se dio la media vuelta, llegó hasta la puerta y recién se vino a percatar de algo extraño.
¿Dónde se había metido Tanaka Reina después de que Takahashi-san recobrara la conciencia?

-Probablemente huyó como el gato cobarde que es.-contestó Eric dejando su tacita de té sobre la mesita frente a él.
Los 3 más la madre de Sayu estaban instalados en la sala de la mansión.
Arturo estaba en la habitación de huéspedes con el doctor y Gaki, a quien habían tenido que darle calmantes y ponerlo a dormir.
-Juro que cuando la vea mañana, tendrán que amarrarme para no molerla a pata…-el chico se quedó con la palbra en la boca e inclinó la cabeza rapidamente.- disculpe Sachiko-san, tú también, Michishige-san.
Ambos mujeres negaron enseguida con la cabeza.
-Lo entiendo perfectamente, Eric-sama.
-¡Es que es tan frustrante! -exclamó el chico con los nudillos blancos de tanto que apretaba los puños.- ¡Por culpa de ella y su estúpido plan para cazar a Gaki, ahora Ai no recuerda a sus mejores amigos, a su propia hermana y ni siquiera a Arturo-san que lo crió de pequeño! ¡Prometo que no descansaré hasta meter a esa criminal al reformatorio para que le den una buena lección!
Sayu observó el rostro encendido de ira del chico mientras volvía a darle vueltas a las palabras que dijo el doctor rato atrás.
-Debemos estar agradecidos de que haya despertado. De ahora en adelante, es muy importante que sus cercanos le brinden todo el apoyo para ayudarlo a recuperar poco a poco sus recuerdos.
-Nee Eric-kun. ¿No será buena idea entonces que Takahashi-san la vea?
Los ojos de su madre, Jun y el aludido recayeron inmediatamente sobre ella.
- A lo mejor si lo hace recuerda algo relacionado con el ataque u otra cosa ¿no fueron amigos de infancia?
-¡Tienes razón! ¡Eso podría funcionar!
-¡Que grandísima idea, hija! ¡Se nota que eres sangre de mi sangre!
-A esa no la traemos ni a palos.-habló Jun por primera vez, cruzando las piernas elegantemente.- Lo más probable es que este asustada porque Takahashi-san despertó y la delate.
-¿Crees que se haya enterado de que perdió la memoria?
- Quien sabe. Yo sentí la puerta cuando se marchó. Fue justo después de que Takahashi-san abriera lo ojos, aun así no me extrañaría mucho que ya le fueran con la noticia, después de todo, es muy cercana a la familia.
-¡Demonios! Debe haber algo que podamos hacer para traerla aquí. A lo mejor, le podemos pedir a Gaki que la convenza.
-Dijeron que despertaría mañana y te recuerdo que no nos dirige la palabra.
-Tienes razón.-el chico agachó la cabeza.- Si fuera por mi iba hasta su casa y la secuestraba…¡esperen! ¡eso es!
Intercambio una mirada audaz con su amigo.
-No, tú enloqueciste. Esa casa tiene más guardias que tu casa y la mía juntas.
-No tiene porque ser en su casa~ -pronunció con una voz cantarina y una sonrisa en los labios. -Escuchen, esto es lo que vamos a hacer.

-¡¿Buenos días Michishige-sa…¿Qué te pasó?!
El chofer cerró la puerta de la limusina tras ella y Sayu se dejó caer en el asiento junto a su hermana.
-Es una larga historia, Koharu-chan. Déjame dormir, cuando lleguemos al colegio te cuen…zzzzzzzz.
Y cayó profundamente dormida.
-¡¿Van a secuestrarla?! -exclamó la chica alta como si estuviera anunciando el clima.
-¡Koharu-chan!- le llamó la atención poniéndose un dedo sobre los labios. Misteriosamente no había nadie más en el aula aparte de ellas, pero sus compañeros no tardarían en llegar. Además, Sayu estaba convencida que la voz de su amiga tenia propiedades supersónicas.
-¡Gomenasai! -la chica se cubrió la boca.-Pe…pero dime ¡¿Cómo?!
-Eso es un secreto, claro está. Y tú que eres conocida mundialmente por ser la persona más discreta del universo, serás la última en saberlo.
-¡Michishige-san! -lloriqueó la chica.- ¡Koharu quiere saber!¡Dime! ¡Dime! ¡Dime!¡Dime!
Y siguió molestando por diez minutos más hasta que Yuko, la profesora de historia llegó y la echó al pasillo durante toda la clase por escandalosa.
Sayu lo sentía, pero de verdad quería que el plan resultara. Estaba muy emocionada.
-El chico tortuga no volvió a venir. -comentó Koharu con tristeza cuando caminaban hacia el casino a la hora del almuerzo.
-No leyó el libro y no hizo el ensayo, le dije que mejor no viniera.
-¡¿Ah?! ¡Pero Koharu tampoco lo hizo e igual vino!
-Es que tú eres especial.
-¡Lo sé! ¡Pero aún así mi especialidad no me hace merecedora de saber cuál es el gran plan! ¡No es justo!
-Ya lo verás Koharu-chan, ya lo veras. -se estiró y con la mano acalló un bostezo. Por culpa del maldito ensayo no había pegado ojo, pero había valido la pena el sacrificio; la Profesora la felicitó y le dio una muy buena calificación.
En cambio, a Koharu que estaba de lo más despierta, le habían puesto un cero y echado fuera de le clase, de nuevo.
-¡Jun-sama tampoco vino! –informó su amiga al mundo luego de recorrer el comedor de lado a lado.
-Todavía no aprendes. Si no viene Eric-kun, no viene Jun-kun.
-¡Ese chico tortuga es un aprovechado! -reclamó la chica dándose en los muslos con los puños debido a la rabia.- ¡Pasa todo el día con Jun-sama y hasta anda en su motocicleta con él!
-¿Koharu-chan también querría eso, no?
-Amm…¡vamos asentarnos Michishige-san o se nos acabara el tiempo!
Algunas personas podían resultar tan evidentes…

-Aquí está su emparedado, Hime-sama.
-Ya era hora, pásamel…¡está frio! -se lo arrojó de vuelta-. ¡Vuelve al casino y pide que te lo calienten!
-Pero acabo de…
-Es porque te quedaste comiendo ¿No, Ohara? Preferiste quedarte comiendo antes que traerle el emparedado a la jefecita. -comentó el bravucón de Ishida balanceándose en su banco, mientras jugaba con un celular.
-Yo…¡Lo siento muchooooo! -gimió el gordinflón lanzándose al piso en una reverencia.
-Sólo vete rápido y tráelo ¡Reina tiene hambre!
-Ha…¡HAI!
-¡Espera!
El pobre gordo que apenas podía respirar por el cansancio, se devolvió.
-¿No estaban, cierto?
-¿Quiénes, Hime-sama?
Reina entornó los ojos.
-¿Quiénes más van a ser, Hipopótamo imbécil? Los 2 charlatanes.- dijo Ishida por ella.
-¡Ah! No, no los vi. Parece que no vinieron a clases, pero a la que si vi fue a esa chica linda y sexy.
Su hime-sama lo fulminó con la mirada.
-¡Oh! Digo, la zorra esa que anda todo el día con la jirafa chillona.
-Muy bien. ¡Ahora ve a calentarlo, rápido!
-¡Hai!
El gordinflón echó otra vez a correr abandonando la base de operaciones, de donde Reina no había querido salir durante todo el día.
-La veo un poco tensa, Hime-sama.-su secuaz preferido habló recargado contra la pared y le dio un mordisco a su manzana.- Está preocupada porque Takahashi despertó ¿o me equivoco?
La chica que estaba dándose vueltas por el salón como gato enjaulado se detuvo abruptamente.
-¡¿Y por que más voy a estar preocupada?!
-Oí por ahí que había perdido la memoria ¿no es eso bueno para nosotros?
-Por una parte si, pero ¿Quién me asegura que no me reconocerá si me ve? Leí por ahí que existen casos en que se pierden solos los recuerdos a largo plazo, si es así estamos todos en graves problemas.
-También escuché que no había reconocido ni a su propia hermana. Hime-sama, ¿no cree que podría aprovechar esta oportunidad para acercarse a él y convencerlo de que eran novios o algo así?, de esa manera usted parecería la buena de la película.
-¡¿Ahhhh?! ¡Y renunciar a Gaki-san?! ¡Ni muerta! Además, no quiero tener nada que ver con ese imbécil, ¡jamás seria su novia! ¡De sólo pensarlo me dan nauseas!
-Es verdad. Disculpe mi intromisión.
-Está bien, así aprovecho de pensar a ver si se me ocurre algo.-le cerró un ojo coquetamente y el chico le devolvió un beso.
Lanzó un suspiro y se lanzó sobre el pupitre . Si no estuviera tan preocupada podría pasársela mucho mejor y hasta jugar un poco con Matsu. Lamentablemente no tenía cabeza para eso.
Sacó el cosmetiquero de su bolso. Nada mejor para acompañar sus cavilaciones que ocuparse de su apariencia.
-¡Woah!-soltó Ishida después de ver algo en su celular.- ¡Nakai, Oshima, vengan a ver esto!
Los otros dos secuaces que estaban en medio de un juego de cartas se acercaron para mirar la pantalla y en cuanto lo hicieron, abrieron los ojos como platos.
-¡Me muero!
-¡Que sexy!
-¡¿De donde sacaste eso Ishida?! ¡Están buenísimas!
Reina los miró un segundo y luego volvió a seguir pintándose las uñas con su color de esmalte favorito.
Cosas de hombres…
-¡Jefecita!
-Dime.-contestó concentrada en su tarea.
-¿Podemos quedarnos con este celular?
-Claro.
-¡Arigatou!
-Pero pensé que era tuyo ¿Qué tiene?
-Pues tiene unas fotos muy muy muy muy comprometedoras de la chica más guapa del planeta.
-¿Ah?
-Cuando todavía no se teñía el cabello y nos complacía ocupando falditas cortas.
-¿De que demonios estas hablando? ¡Explícate!
-¿Qué no lo reconoce? Este es el celular que le quitamos al perdedor. Está repleto de de fotos de usted. Y algunas con unos hombres bastante mayorcitos.
A la chica se le corrió la mano en la que tenía el pincel y se pinto todo el dedo. Se paró de un salto.
-¡¿Qué dijiste?! ¡Dame eso!
El chico se lo pasó sonriente.
-Ese ñoño es todo un acosador.
-¡HAI!-coincidieron los otros dos muertos de la risa.
Reina se puso a ver y pasar las fotos. En todas salía ella. De pronto con su uniforme de la escuela comiendo en el comedor, de pronto con ropa de fiesta bailando en el club
, de pronto con un vaso en la mano bebiendo en un bar, de pronto sentada en las piernas de Matsu, de pronto encaramada en las piernas de un hombre que ni siquiera recordaba…
-¡¿Él me seguía?! -chilló con indignación- ¡¿Cómo…como se atreve?!
-Yo le dije que era un acosador, Jefecita. Yo que usted llevaba el teléfono a la policía para denunciarlo.
-¡Waaaa! –soltó al pasar una foto.
-¡¿Qué vio?! ¡¿Qué vio?!
-¡Nada que les interese! –exclamó mientras el rubor de le subía a las mejillas por la vergüenza. Ese cuatro ojos le había tomado fotos hasta en la piscina de la escuela. ¡Aquello si que era grave!
Lo peor era que parecía haber centenares de ellas.
-¡¿Quien se cree ese estúpido, degenerado y psicópata que es?! ¡¿Cómo se atreve a sacarme estas fotos?! ¡Si mi Papá las ve…
-Ya le dije, Hime-sama, hágase pasar por su enamorada. De seguro el baboso cae redondito.
-¡NUNCA! ¡Antes muerta me enredo con este…este…subnormal!
-Jajajajaja de seguro se hacia cariñito todos los días viendo estas fotitos.
-¡CIERRALA BOCA! -gritó colorada hasta las orejas.- A…Ai-chan no haría eso, él…él es demasiado tonto.
-¿Ai-chan?
-¡Oh! Es culpa de Gaki-san ¡me lo pegó!
-Bueno, jefecita ya que lo vio ¿me va a dar el teléfono o no?
-¿Qué acaso estas demente? ¡Por supuesto que no! -lo cerró y lo guardo en su bolsillo.
-Pe…pero…¡Jefecita no sea malita!
-Tengo que borrar esas fotos y…-se percató de algo y volvió a sacar el aparato.- ¡Ishida estúpido! ¡¿Por qué rayos lo tenias encendido?!
Lo apagó.
-¡Usa tu única neurona de vez en cuando! ¿Acaso no sabes que podrían rastrearlo y estamos fritos?
-¿Rastrearlo? -repitió el chico con incredulidad. – Ni que el perdedor fuera de la realeza o algo así.
-Esa bruja de Miki es capaz de hacer de todo por su hermano.
-¿Bruja? Esa Miki es una diosa. ¿A que no, chicos?
Muy malas palabras y en el momento menos indicado.
Ishida se ganó una patada en las costillas y Nakai y Oshima una en sus partes bajas por quedarse mirando.
-¡¿Y dónde esta ese inútil de Ohara con mi emparedado?!
Y el resto del día de clases Reina no volvió a abrir la boca. Estaba muy muy muy muy muy enojada, tanto que le habían dado unas ganas incontrolables de ir a la mansión de los Takahashi y patear a ese desgraciado de Ai-chan hasta por las orejas, no le importaba si volvía a quedar inconsciente o se moría ¡¿Cómo se atrevía a violar de esa forma su privacidad?!
¡Era un idiota y lo que nunca, pero nunca imagino de él, pervertido!
El sólo hecho de imaginar al cuatro ojos ese sacándole las fotos con cara de baboso la hacia temblar de la ira.
¡Baka Baka Baka Baka Baka Baka Baka Baka Baka Baka Baka Baka Baka Baka Baka Baka!
-¿Tanaka-san? ¿Tiene algo que compartir con la clase?
La chica se paró y golpeó su banco con furia.
-¡BAKAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!
Luego de descargar su ira con cualquier objeto o ser humano que se le cruzara, sonó el timbre de salida. Reina tomó sus cosas y se dispuso a salir velozmente de la sala de clases.
-¿Qué piensa hacer, Hime-sama? –le preguntó Matsu corriendo tras ella.
-¡No sé!
-¡¿Va a su casa?!
-¡No!
-¿Dónde Takahashi?
Reina se volvió violentamente y le dio una patada en la rodilla.
-¡ITAI!
-¡No menciones ese nombre en frente de mi!
-¡Ah, go…gomenasai! -exclamo el chico sobándose la rodilla, desconcertado.
-¡Muy bien! -la chica se dio la vuelta para continuar su recorrido.
-¡Espere Hime-sama! ¿No nos marcharemos juntos?
-¡Hoy no estoy de humor! -declaró y se marchó veloz como un gato.
Matsu se cruzo de brazos con molestia. ¿Qué le pasaba? Sólo eran unas fotos. Le preguntaría a Ishida, de seguro serian dignas de ver.
Reina dio grandes zancadas, cruzó el extenso jardín, salió por la reja y camino por la vereda para ir a esperar su limusina que por órdenes de ella nunca la esperaba a la entrada.
Golpear gente era algo de todos los días y no le convenía que el chofer la viera y le fuera con el cuento a la amargada de Ogawa Makoto.
Apuró el paso y cuando iba doblando la esquina fue cuando aparecieron.
-¡Hola Reinita!. -la saludó alegre Kamei Eric.
-¿Tuviste un buen día de clases? -añadió el enorme chino a su lado.
-¿Ah? ¿Qué rayos hacen ustedes aquí? Pensé que no habían venido a clases.
-Pues no lo hicimos, sólo estamos aquí para verte.
-¿Qué diablos? Salgan de mi camino. Estoy apu---
De pronto una mano apareció por detrás y le colocó un pañuelo con un fuerte olor sobre la nariz y la boca.
-¡Mmmm! -gimió intentando liberarse, aunque resultó inútil, el olor ya había ingresado por su nariz y comenzaba a adormecerla.
-¿Qué no te gusta secuestrar gente, Tanaka? ¡Pues ahí lo tienes!
Y finalmente todo se volvió negro…

-¡Bien hecho Michishige-san! -la felicitó Eric cuando iban en su limusina camino a la mansión de Takahashi-san, rato después.
-Arigatou,pero…
-¿Pero?
-Me sentí algo así como una criminal haciendo eso.
-Naa, ella hace cosas mucho peores. Pone a dormir a la gente a patadas, nosotros usamos cloroformo como en las películas.
-¡Michishige-san estuvo tan genial! -profirió Koharu saltando en su asiento y con los ojos estallándole de emoción.- ¡Y el chico tortuga todavía más! ¡¿Como se te ocurrió esto?!
-Cuando era pequeño me gustaban mucho las novelas de detectives.
-¡¿En serio?! ¡Que genial!
-Ahora esperemos que este plan haya servido para algo.-comentó Jun mirando por la ventana.
-¿De que hablas, Jun? Por supuesto que funcionará. Además la suerte está de nuestro lado. Si ni de los guardaespaldas nos tuvimos que ocupar.
-¡Es cierto! -coincidió Koharu.- ¡Koharu está segura de que Takahashi-san la reconocerá y recuperara todos sus recuerdos!
Ericy Koharu soltaron risas de regocijo, mientras Jun seguía mirando por la ventana con aburrimiento.
Sayu pensaba que el confiarse demasiado no traería nada bueno.

Reina despertó con el sonido de su celular. Estaba encogida en posición fetal y cuando miró a su alrededor pensó que todavía tenia los ojos cerrados porque todo estaba oscuro.
Sintió el ruido de un motor, y unas risas provenientes de adelante.
¡Era verdad! El chino, la tortuga y alguien más la había atacado y…
Tenía los pies y las manos atadas y una mordaza en la boca.
¡La habían secuestrado!
El celular siguió vibrando y metiendo bulla en su bolsillo. Se movió tratando de zafarse pero fue inútil.
¡El que llamaba debía ser su padre! Si tan solo pudiera liberar una mano…
Fue inútil, estaba muy apretada.
¡¿Qué rayos?! ¡¿Quién se creía esa tortuga ridícula que era?! ¡¿James Bond?!
En todo caso, ella siempre contestaba las llamadas de su padre que solían ser a la misma hora, al terminar la escuela. Si hoy no contestaba de seguro se preocuparía y mandaría a alguien.
Pero tenia que ser rápido ¡antes de que la llevaran donde quiera que fuera que la querían llevar!
Aunque tenía un mal presentimiento de donde era.

-Tú nombre es Takahashi Ai, tienes 18 años. Naciste el 14 de Septiembre de 1986 en Fukui, pero te mudaste a los dos años. Tu signo occidental es Virgo y tu horóscopo chino dragón. Tus padres fallecieron y tu única familia es tu hermana mayor que se llama Miki. Actualmente vives solo con tu mayordomo, Arturo-san, quien te crió desde que eras un niño.
-¿Y quien eres tú? –quiso saber el muchacho con cara de asombro.
-Yo soy Niigaki Risa, tu mejor amigo.
En cuanto Gaki había recobrado la conciencia ese día, y después de haberlo meditado por mucho rato echado en la cama, había llegado a la conclusión de que lo mejor que podía hacer era ayudar a su mejor amigo a recodar todo.
Por eso había tomado fotografías y objetos de la casa para ver si servían de algo.
-¿Risa? –repitió el muchacho soltando una risita.- ¿Eres hombre o mujer?
-¡Chotto! ¡Por supuesto que soy hombre! ¡¿Qué acaso no me ves la cara?!
-Si, pero…
-¿Pero?
-Risa es nombre mujer.
-¿¡Como sabes eso?! ¿Acaso eres el Dios de los nombres o algo parecido? Además ¿como puedes recordar que Risa es nombre de mujer si perdiste la memoria?
-Una de las señoras que me atienden se llama así. Señorita Risa.
-¿Ah si? ¡Pues para tu información también hay muchas niñas que se llaman Ai-chan!
- ¿Ah? No es cierto.
-¡Si lo es!
-No te creo. Dices eso para no quedar mal porque tienes nombre de mujer.
-¡Vuelve a decir eso y te golpeo!
Ai curvo sus labios en una dulce sonrisa.
-Ya sé porque eras mi amigo.
-¿Ah? ¿¡Recordaste?!
-No, pero eres gracioso.
Gaki lo fulminó con la mirada.
-Y también pones caras graciosas
-¡Déjame! ¡Y ya deja de interrumpir! Voy a seguir contándote. Tu familia es millonaria, es dueña de un conglomerado de empresas dedicadas al área del transporte que cuenta con una aerolínea, empresa de ferrocarriles y una de autobuses, además de invertir en las compañías más ricas de Japón. Como la de mi familia, Niigaki Inc.
-Entonces ¿somos ricos?
-Si, eso fue lo que nos tocó. Eres estudiante del instituto Haromoni@ que pertenece a mi Padrastro.
-¿Padrastro?
-Si, no tengo Papá ¿ok?
-Ha…Hai.
-¿Que más? ¡Ah si! Vas en tercer año, aunque supuestamente este año debías haber entrado a la universidad, pero por motivos de salud ya has perdido dos años. Tus pasatiempos son…
-¿Dos años? ¿Estoy enfermo?
-Bueno, no se todos los detalles, pero siempre has sido bastante enfermizo. De hecho, el año pasado casi lo pierdes también.
-¿Por qué?
-Según tú, te caíste, sin embargo habría que ser muy idiota para creer que te pasaras cayendo el año de corrido. O sea, nunca tan idiota ¿no?
-¿Y qué me paso?
-Te pegaban.
-¿Quienes? ¿Las mismas personas de ahora?
-No lo sé. Eso lo estoy investigando.
-¿Hablas en serio?
-Por supuesto. Nadie toca a mi mejor amigo y se queda sin su merecido.
Ai se quedó mirándolo colocando nuevamente una expresión de temor. Ayer, cuando había despertado parecía como un cachorro perdido que no sabia para donde ir, ni en que confiar. Pero era algo normal, después de todo, despertaba con 2 costillas rotas y la cara y el cuerpo lleno de heridas. Por suerte, esta mañana lo habían encontrado mejor y le habían retirado algunos parches y vendas pero aun así, el dolor de cabeza constante y lo borroso que se veían de pronto las cosas, lo hacían sentirse muy extraño.
-Sufriste un golpe muy fuerte en la cabeza. -le había explicado el doctor ayer por la tarde.- Al principio es posible que no recuerdes nada, sientas mucho dolor de cabeza, te sientas desorientado y esto te asuste un poco, pero tranquilo, esos dolores irán desapareciendo poco a poco y los recuerdos eventualmente volverán.
-Nee, Ai-chan, no pongas esa cara ¿si? -el muchacho frente a él se acercó y le revolvió el cabello-. Juntos vamos a lograr que recuerdes todo, yo te voy a ayudar.
A pesar de su apariencia fiera y de la cara amoratada de Niigaki-san, Ai se dio cuenta de que era una persona muy amable.
Volvió a regalarle una sonrisa. De verdad deseaba recordarlo todo, incluyendo a esa persona tan amigable.
-Muy bien, ¡ah si! Tus pasatiempos. Eres un nerd.
-¿Nerd?
-Te gustan mucho los videojuegos. Tienes PSP, DS, Play Station, XBOX, Nintendo Wii y muchas otras cosas más que no tengo idea como se llaman. Tu juego favorito es el Final Fantasy…no sé que numero.
-Ah…¿y que es Final Fantasy?
-Ok. Creo que mejor comenzamos por las fotos. Traje algunos retratos de tu casa. Estos eran tus padres, Takako y Kazumasa Takahashi. Toma.
Ai recibió en sus manos un retrato de marco de madera de caoba, en el había la foto de una pareja joven con vestimentas tradicionales, el hombre era alto y de cabello castaño y la mujer baja, de cabello oscuro y dueña de una blanca y perfecta sonrisa.
-Ella es…era muy hermosa.
-Lo era. Lamentablemente murió antes de que pudieras conocerla.
-¿Qué le pasó?
- Tú me contaste que murió poco después de que nacieras. Tenía problemas al corazón o algo así.
-¿Y mi padre?
-Accidente de avión. Viajaba a Okinawa en una avioneta para cerrar un negocio y ésta se estrelló. No sobrevivió nadie.
Ai miró la foto con cierta tristeza.
-Me gustaría acordarme.
-Ya lo harás. -volvió a revolverle el cabello.- Lo sé.
Le sostuvo la mirada. A pesar de que apenas lo conocía, aquellos ojos le transmitieron una confianza que no le había transmitido nadie más desde que despertó. Parecía muy sincera. Niigaki-san realmente era una persona muy dulce.
-Mira, aquí están tus padres y tu hermana…La que vino a visitarte ayer…mira aquí estas con ella cuando entraste a la secundaria…oh, mira, tu madre embarazada.
Y siguió mostrándole fotos de él con su familia, hasta que…
-¿Quiénes son ellas? -quiso saber Ai apuntando un marco de plata que era tan resplandeciente que parecía nuevo. Gaki se fijó en la fotografía y se quedó extrañado.
-¿De dónde salió esto? No recuerdo haberla visto antes.-se rascó la parte trasera de la cabeza.- Creo que no debí haber traído todos los de la sala.
-Ese soy yo, ¿cierto?
Ai apunto a un niño de aproximadamente unos 8 años de edad, con el cabello corto y castaño, unos ojos vivaces y una sonrisa perfecta, muy similar a la de su madre.
No había duda, ese era él.
-Ah si, eres tú. Parece que están en una playa.
El pequeño Ai-kun traía un traje de baño azul, al igual que la niña a su lado, claro que el de ella era de niña, rosado y con vuelitos.
-Que linda.-comento Ai mirándola con ternura. La chica peinada con colitas, que parecía ser más pequeñita que él, estaba haciendo un signo de paz con la mano y sonreía tan radiantemente que sus ojos eran solo una delgada linea.
-Le falta un diente. -comentó Gaki apuntándola.
Ai exploto en carcajadas.
-Jajajajaj…Itai!
-¡Tus costillas!
-E…estoy bien, tranquilo.
-Mejor dejemos esa fotografía a un lado y…
-¡Espera!-la volvió a coger y a escrutar cuidadosamente, le intrigaba que su mejor amigo no supiera quienes eran.- ¿Quién es la mujer?
-Te dije que no sabía.
Tras los dos niños estaba parada una mujer delgada de cabello oscuro, no muy alta, estaba sonriendo con una mano en el hombro de cada chico.
-Pero si quieres después puedo preguntarle a Arturo-san si te intriga tanto.
-¿Arturo?
-El señor que te trajo el almuerzo. El que te crió ¿recuerdas?
-¡Ah! Es cierto.
-Nee, dejemos las fotos a un lado ¿Qué te parece si jugamos un rato videojuegos?
-¿Videojuegos?
-¡Te encantará! ¡Vamos, anímate!

-¡Woooow! -exclamó Ai apretando con fuerza los botones y mirando la pantalla con fascinación.- ¡SUGOI!
-¡Demonios! ¡Volví a perder!
-Que malo eres, Niigaki-san.
-¡Oye!
Habían estado jugando por la última media hora. Al principio Ai no estaba muy convencido, pero después de que su “amigo” encendiera la consola no había podido apartar sus ojos del televisor.
-Ya me aburrí de este.- anunció Gaki apagando el play station 3.
-Pero…¡estaba ganando!
-Vamos a jugar uno de fútbol ahora.
-¿Fútbol? ¿Ese de perseguir la pelota? –preguntó poniendo cara de desinterés.
-Oye, acaso ¿no sabias que el fútbol mueve multitudes?. Además, ese es el único juego donde soy mejor que tú.
-Mmm…mejor pon Final Fantastic para ver como es.
-¿Final Fantasy querrás decir? Y no, no me gusta ninguno de esos juegos, son muy complicados.
-¿Ah? Pero..
-¡Mira! Ya puse el de fútbol ¡te va a encantar! -le aseguró esbozando una amigable sonrisa.
Ai hizo un puchero.
-Pero yo quería…
Justo antes de que pudiera terminar de reclamar se escucharon unos fuertes pasos provenientes desde el pasillo, así como si una gran cantidad de pies se acercaran a pasos agigantados.
-¿Qué pasa? -preguntó el dueño de casa con cierto temor.
Gaki apagó el juego y se puso de pie justo cuando la puerta se abría de golpe. Por el otro lado apareció Sayu respirando entrecortadamente y con las mejillas sonrojadas por la transpiración.
-¿Qué estas ha---
-¡Abran paso!
-¿Kame?
-¡Ai-chan!-el chico tortuga llegó igual de agotado que su amiga.- ¡Te trajimos una visita!
-¿Visita?
El chico se hizo a un lado y dejó pasar a Jun cargaba cierto bulto apoyado en un hombro como si de un saco de papas se tratara.
Ai abrió los ojos desmesuradamente cuando aquel desconocido bajo el bulto y descubrió que era una chica atada de pies y manos y con una mordaza cubriéndole la boca.
-¡¿Tanaka?!-soltó Gaki.
-¡¿La reconoces, Ai-chan?!

5 comentarios:

kari de kamei dijo...

el secuestro de reina XD eso si es genial
mi vida el gaki es un amor!!!


atte> la fan No 1 de erik kamei

Rocío dijo...

Woaaaaaaaaah! *-* genial!!
proximo proximo x3

Anónimo dijo...

Seriny

Muaajajaja Super Kame-kun y Panda lol
me encanto la parte del secuestro de Reina

y el TakaGaki n_n Kawai!!

Otro-otro-otro!!!!!!

Kameririn dijo...

Nee, me queria disculpar de verdad por la demora, tuve algunos problemas...como por ejemplo que se me borro todo lo que llevaba y cosas así u.u

Gracias a todos por esperar y seguir mi fic del mal!!!

Tami_Ai dijo...

jojo !!!! takagaki *---* (aunque mejor no me iluciono u.u) jjaaj el secuestro de tanaka *v* estubo increible jaja .... aichan ira a recordar .... espero me des ese adelanto xD 1313

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