yo soy ai

Maji desu ka SUKA! [One-shot]

Clasificación: R-0

Nota de Autora: Se me ocurrió hacer pairings del actual Morning Musume, y la verdad es que me quedó curioso xD  ¡Espero que les guste! Para hacer el fic me basé en la foto de arriba, luego sabrán por qué. =D ¡Espero que os guste!

Maji desu ka SUKA!

Para ser un lunes, el día oficial para volver a la rutina, todo parecía estar fuera de lo normal, o al menos, eso pensó Aika al llegar al estudio de baile aquel día. Por alguna extraña razón, todos estaban más sonrientes de lo normal, incluyendo a la estricta instructora de baile a la que nunca había visto sonreír – salvo aquel día en el que Linlin se dio un golpe contra la puerta mientras bailaba; ese día, rió y sonrió más que nunca-. Al pasar al lado de Riho, entendió todo a la perfección: era el White Day. ¿Cómo había podido olvidarlo? Claro, con todo aquello del terremoto todos habían olvidado por completo que era un día dedicado al amor.

Suspirando, se dirigió a los vestuarios. ¿Por qué estarían todos tan sonrientes, igualmente? No había pasado nada interesante el día 14 de Febrero. ¿O sí? Aika se apoyó en su taquilla por unos momentos, pensativa. No, no recordaba nada. No recordaba haber recibido chocolates aquel día. ¡Y mira que no tenía pretendientes! O al menos eso pensaba ella. Cuando Junjun y Linlin estaban en el grupo, al menos, se sentía muy deseada por el resto de integrantes del grupo. Aunque, ahora, pensándolo en frío y con Junjun y Linlin en China, tal vez todo fueran imaginaciones suyas. Sacando ese pensamiento fuera de su mente, se centró en recordar qué pasó el día 14 de Febrero.

Recordaba que aquel día Riho andaba de un lado a otro. Sí, eso lo recordaba, porque se acercó a ella y le dijo “¡Hey! ¿A dónde vas con tanta prisa, vaquera?” y luego, Aika rió mentalmente por habérsele ocurrido un comentario tan ingenioso. Aunque a Riho no le pareció hacer mucha gracia, pues sólo sonrió y siguió con su caminata. Recordó que Ai puso una cara muy rara al abrir su taquilla, y que Reina estaba de muy mal humor ese día. Risa estaba más pensativa de lo normal, y Sayumi ponía mala cara a cada rato. No recordaba, sin embargo, qué hacían el resto de las chicas de la nueva generación. Tampoco es que tuviera mucho contacto con ellas.

Ahora que lo pensaba, no había tenido ningún contacto con ellas. Tal vez estaba siendo muy maleducada por ello. Bueno, ya habría tiempo para disculparse por ello; ahora tocaba ensayar. Y Erina Ikuta llevaba muy mal la coreografía. Aika suspiró y comenzó a quitarse la ropa.

- ¿No vamos a hablar de ello? – escuchó de pronto Aika. No podía confundir aquella voz: su sublíder siempre hablaba así cuando estaba preocupada.
- No creo que haya nada que hablar – contestó la otra, entrando en los vestuarios detrás de Risa. Aika, al verlas, estando todavía medio desnuda, decidió esconderse dentro de una de las duchas que tenía cerca. Éstas entraron sin percatarse de que Aika se acababa de esconder allí.
- Estás jugando con ella ¡y eres su líder! No puedes hacer ese tipo de cosas – le dijo. Aika se podía imaginar a Risa con el ceño fruncido y los labios apretados, mirando a su amiga con confusión. Escuchó un portazo metálico. Alguien había cerrado de golpe una taquilla.
- No te atrevas a decir que estoy jugando con ella – dijo Ai, en un tono muy serio que Aika sólo había escuchado una vez: cuando ésta anunció al grupo su graduación.
- Lo… lo siento, pero es que tienes que admitir que esto es muy raro para mí – murmuró Risa. Aika no pudo escuchar con claridad la última parte de la frase, pero supuso que había dicho algo así.
- ¿Por qué te parece tan raro? – preguntó. Aika se imaginó a Ai, apoyada en la taquilla, alzando una ceja.
- Es que… es mucho más joven que tú – contestó.
- Oh – soltó Ai-. Así que es eso.
- Bueno, sí – respondió Risa, de manera indecisa-. ¿Acaso me vas a negar que no lo es?
- Sí, es joven, pero tal vez sea eso lo que me guste de ella – contestó. Aika se llevó una mano a la boca, creyendo saber por fin de qué estaban hablando. ¿Ai estaba saliendo con alguien de la novena generación? ¿O le gustaba alguien de la novena generación? No lo tenía muy claro, pero sus dudas se aclararon cuando Ai volvió a hablar-. Me graduaré dentro de unos meses, Risa. Es un hecho. Ya he hecho demasiado en este grupo. Y ella lo entiende, y me apoya. Me ha adorado todo este tiempo. Te parecerá una locura; a mí también me lo pareció cuando se presentó la ocasión ante mí. Pero no pienso dejarlo pasar. Puede que esta locura me lleve a donde realmente quiero llegar.

Estuvieron en silencio durante unos instantes. Aika temió que si respiraba muy fuerte la descubrieran, así que trató de respirar sin hacer el menor ruido, aunque esto comenzaba a parecerle muy difícil, pues el poco espacio que había en la ducha le empezaba a causar claustrofobia.

- Está bien – dijo Risa, para el alivio de Ai (y también el de Aika, que por fin podía volver a respirar con normalidad)-. Pero no hagas tonterías ¿vale? Es muy joven, y seguramente tú eres su primer amor… Ten cuidado.
- Sí, mamá – rió Ai. Escuchó el ruido de un beso sonoro, y se imaginó a Ai dejando un beso en la frente de Risa y a ésta, hinchando sus mejillas.
- Y ahora vámonos que el ensayo debe de estar apunto de empezar – concluyó Risa, saliendo de la habitación junto a Ai.

Aika suspiró aliviada. Se paró a pensar en lo que había escuchado. ¿Ai enamorada de una chica de la novena generación? Bueno, no estaba segura de si se trataba de amor o no, pues Ai dijo que “la ocasión se presentó ante ella”, no dijo realmente que se hubiera enamorado locamente de ella. Al menos, no especificó nada al respecto. Sacudió la cabeza para dejar de pensar en estas cosas y decidió volver al ensayo. Justo cuando estaba abriendo la puerta, escuchó como dos personas entraban en los vestuarios, hablando. Aika, que todavía seguía semi-desnuda, decidió quedarse donde estaba.

- Pero ¿hablas en serio? – preguntó alguien, que, al parecer de Aika, sonaba como Mizuki.
- ¡Te lo digo en serio! – contestó Erina Ikuta, cuyo tono de voz parecía más emocionado de lo normal.
- Pero ¿es una cita? – preguntó Mizuki.
- ¡Lo es! – respondió-. ¿Eh? Parece que alguien cerró mi taquilla… - murmuró, volviéndola a abrir.
- Pero ¿cómo ha ocurrido? ¿Qué te ha dicho exactamente? ¡Quiero detalles! – le pidió la que parecía bastante impaciente.
- A ver… yo le dí chocolates el día de San Valentín, y hoy ella me ha dejado esto en la taquilla – dijo. Aika escuchó cómo ésta volvía a cerrar la taquilla.
- ¿Chocolates?
- ¡Así es! – exclamó Erina.
- Pero ¿estás segura de que te los ha dado ella? – preguntó.
- ¿Quién si no? No le he dado chocolates a nadie más. Además, viene con una nota, mira – dijo. Escuchó como desdoblaba un trozo de papel-. ¿Lo ves? Es de ella.
- Sí, no hay duda – rió-. Entonces ¿vais a quedar esta noche?
- Eso parece – contestó Erina, dando unos saltitos-. ¿Y qué tal lo tuyo?
- Prefiero no hablar de ello… Todavía no he tenido una respuesta – suspiró Mizuki.
- Bueno, da igual – dijo-. Es peor lo de Kanon, que ni siquiera se ha atrevido a preguntarlo.
- Bueno, tienes que entenderla. No es fácil declararse, y no me negarás que la persona que le gusta es muy inaccesible.
- Sin duda – contestó, y luego soltó una carcajada-. Bueno, vamos a ensayar.
- Tenemos que dar nuestro mejor esfuerzo – dijo Mizuki, quien tenía esa frase como respuesta prácticamente automática, y salieron de la habitación.

Aika estaba más desconcertada que antes. ¿Quién le había dado chocolates a Erina? O ¿Erina a quién le había dado chocolates? ¿Y qué pasa con Kanon? ¿Quién es tan inaccesible? ¿Y quién no le ha respondido a Mizuki todavía? ¿Tenía eso algo que ver con la conversación que mantenían antes Risa y Ai? Y lo que más le desconcertaba ¿por qué no se había enterado de estas cosas?

Debió quedarse demasiado tiempo pensando en la ducha, pues antes de que pudiera darse cuenta, otras dos personas entraron en los vestuarios.

-¡Estoy que muerdo, Sayu, que muerdo! – exclamó una voz muy yanki que Aika podría reconocer sin ningún problema-. ¿Te puedes creer que no me ha comentado nada al respecto?
- Pero ¿qué quieres que ella te comente? – preguntó Sayumi. Aika se la imaginó moviendo el labio hacia un lado y alzando una ceja.
- Pues ¡no sé! ¡Algo! ¡No se puede no decir nada! – se quejó.
- ¿Por qué no se lo dices tú? – preguntó ella.
- ¿Por qué no se lo dices tú? – repitió Reina, imitando la voz de la usagi-chan con un tono burlesco.
- Oye, si te vas a poner a imitarme, yo me largo, que tengo un buen día y no quiero que me lo fastidies – le dijo Sayumi.
- Lo siento, tienes razón. Es que estoy muy nerviosa. Nunca me ha pasado nada como esto, tú lo sabes mejor que nadie. Vale, estaba acostumbrada a que Junjun intentara ligar conmigo, pero Junjun era más mayor, más madura y ella…
- ¿Qué más da la edad a estas alturas del partido? – preguntó.
- No puedo evitar pensar en la edad ¿vale? Es que ella es más joven y yo tengo miedo de que…
- ¿De qué tienes miedo? ¿De que te invite a jugar a las muñecas? – rió Sayumi.
- ¡No! – exclamó Reina-. Aunque eso también daría miedo – Aika contuvo una risa tapando su boca con su mano-. Me da miedo hacerle daño. Tú sabes que yo no soy sensible. Bueno, lo soy con las cosas que quiero, pero…
- Espera, espera, espera – dijo de pronto Sayumi-. ¿Estás diciendo que te gusta?
- No he dicho eso, pero sí, me gusta un poco. Bueno, me gusta. Bueno, me gusta mucho ¿vale? – dijo Reina. Aika se la pudo imaginar sonrojándose un poco, y eso la hizo sonreír-. Y ¿qué más da eso ahora? Yo estaba diciendo que…
- Entonces ¿por qué no le has regalado nada por el White Day? – preguntó Sayumi.
- ¡No quiero regalarle nada por el White Day! Nunca he regalado nada por ese día – suspiró Reina.
- ¿Y por qué no? Se supone que te gusta ¿no?
- Pero no estamos hablando de eso, estamos hablando de que… - Reina se quedó en silencio, y luego soltó un suspiro-. Odio que tengas razón. Tendría que haberle regalado algo – Reina volvió a suspirar-. ¿Y qué hago ahora?
- Ve a hablar con ella – sugirió Sayumi.
- Eso haré – y lo siguiente que escuchó, fue como se cerraba la puerta.
- Esta chica… - murmuró Sayumi-. Y Aika, ya puedes salir de allí.

Aika se congeló al escuchar esto y sacó la cabeza por la puerta de la ducha.
-¿Cómo lo has sabido? – preguntó.
- No hay que ser un genio – contestó-. Tu sujetador está aquí, al igual que tu ropa para cambiarte. Y dudo mucho que fueras por ahí sin sujetador ni camisa.
- No te creas ¿eh? Soy un espíritu libre… - bromeó Aika. Sayumi sonrió y le dio la ropa-. Me cambiaré aquí dentro.
- No tardes mucho, que la instructora ya está que echa chispas – dijo Sayumi saliendo del vestuario.

Aika volvió a cerrar la puerta de la ducha y comenzó a cambiarse de ropa. Justo cuando estaba poniéndose los calcetines, escuchó que alguien abría la puerta de los vestuarios. Sintió que eso ya era el colmo de los colmos. Ya daba bastantes vueltas su cabeza como para soportar otra conversación más.

- ¿Mitsui-senpai? – llamó alguien. Aika dudó unos instantes antes de asomar la cabeza por la puerta de la ducha. Ante sus ojos tenía a Kanon, que se había arreglado del flequillo, y hoy parecía estar especialmente guapa.
- ¿Ocurre algo, Suzuki-chan? – preguntó.
- La instructora dice que se va de juerga con sus amigas – dijo-. Nos ha dicho que nos vayamos todos a casa.
- Vaya. Gracias por informarme – contestó Aika, volviendo a meterse en la ducha.
- Esto… ¿Mitsui-senpai? – volvió a llamarla Kanon. Aika suspiró y volvió a asomarse.
- ¿Sí, Kanon? – preguntó.
- ¿Haces algo ahora? – preguntó, aunque más que una pregunta sonaba a una proposición.
- No tengo nada planeado – contestó, y luego recordó lo que había escuchado cuando Erina y Mizuki conversaban. Kanon no se había confesado a alguien porque le parecía “inalcanzable”, y por descarte sólo había tres personas que no habían oficialmente recibido o mandado algo: Risa, Sayumi y ella, Aika. ¿Sería ella la que parecía tan inaccesible?
- Riida nos ha invitado a todas a comer a su casa, si te interesa – dijo, bajando la vista hacia sus pies.
- Pues… - Aika pensó en rechazarla, pero tratándose de una comida en casa de Ai, pensó que eso no supondría ningún compromiso, así que, encogiéndose de hombros, asintió-. Vale. Me cambio ahora mismo y voy.
- ¡Vale! – sonrió Kanon, saliendo felizmente de los vestuarios.

Aika se sintió frustrada al ver que tenía que cambiarse de ropa de nuevo, pero esta vez se apresuró más a la hora de quitarse y ponerse ropa. Al salir de la ducha, encontró algo que la sorprendió: una caja de chocolates sobre su mochila junto a una nota que decía: “Espero que te gusten aunque nunca me correspondas”. Aika frunció el ceño y guardó los chocolates en la mochila. Luego se encargaría de enterarse de quien eran. En esos vestuarios había entrado tanta gente que no sabía de quién podía ser. La primera a quien descartó fue a Kanon, pues acababa de ver cómo ésta salía de la sala y no se acercó en ningún momento a la mochila. Se encogió de hombros y con un suspiro, salió de la sala.

Lo que se encontró al salir de los vestuarios la pilló desprevenida. Por fin todos los cabos de su cabeza quedaron atados. Lo primero que vio nada más salir fue a su líder, con un brazo apoyado contra la pared, sonriendo dulcemente a una chica pequeña y sonriente. Ai le acariciaba el cabello y le hablaba suavemente, y Riho asentía a cada palabra que ella decía. Esto extrañó un poco a Aika, pero no le desagradó, pues veía que su líder estaba feliz junto a Sayashi-chan. Después vio a Sayumi hablando con Erina Ikuta, ambas un tanto tímidas y sonrojadas. Parecía cómico cómo poco a poco se iban acercando la una a la otra, casi como si fueran algún tipo de imán. Lo siguiente que vio fue a Risa Niigaki sacudiendo su cabeza de lado a lado. Aika se preguntó entonces dónde se encontraban Reina y Mizuki, y al ver cómo estas dos salían de una habitación, con sus dedos entrelazados, logró entenderlo todo. Mizuki estaba un tanto sonrojada, tocando sus labios con una sonrisa. Reina parecía enteramente satisfecha.

-Bueno ¿vamos a comer o qué? – preguntó Reina, tratando que todas pasaran por alto la ausencia de hace unos minutos. Se escucharon algunas risas, y un animado “¡Quiero comer!” por parte de Kanon. En ese momento, Aika se dio cuenta de la presencia de la pequeña, que había estado a su lado desde que salió de los vestuarios. Le sonrió, y ésta se sonrojó un poco. Fue al ver su rubor cuando se dio cuenta de que había sido Kanon quien le había mandado los chocolates. No había nada más que atar los cabos para darse cuenta. El resto de personas que quedaban sin emparejar eran ella y Risa, y por mucho que tuviera una buena relación de amistad con ella, dudaba mucho que ella fuera quien le mandara chocolates.

Aika debió de quedarse pensativa mucho tiempo, pues lo siguiente que recordó fue estar caminando hacia casa de Ai con el resto de las chicas, y notar cómo Kanon entrelazaba sus dedos con los suyos mientras le sonreía.

Entonces, Aika, se pellizcó el brazo. ¿Todo lo vivido ese día era real? ¿Realmente había descubierto tanto aquel día? Cerró los ojos con fuerza y se pellizcó otra vez. Al abrir los ojos, seguían allí: allí estaban Ai, Riho y Risa, bromeando mientras estas dos primeras estaban agarradas por la cintura; Sayumi y Erina, la primera con el brazo alrededor de los hombros de la pequeña, mientras ésta le enseñaba los muchos adornos que tenía colgados de su móvil; Reina y Mizuki, que estaban hablando sobre algo que Aika no pudo escuchar pero que sonaba comprometido. Y allí estaba Kanon, a su lado.

“Maji desu ka, suka?” se preguntó a sí misma, sonriendo. No quiso saber la respuesta, pues fuera cierto o no, le gustaba ese momento. 

3 comentarios:

パオラ dijo...

Jaja me gustoo!! lo unico que no me gusto fue que Gaki quedo sola T_T jaja en fin aww porfavor publiquen más...!! les gusta hacernos sufrir?! mas de Asu he no hikari se quedo tan genial que...aww!

kuri dijo...

estubo lindo el fic y aika me divirtio bastante
cuando esta escondida y eso jajaja
ha primera vez k m cai bien xD

Anónimo dijo...

Estuvo muy interesante el capitulo!!
pero no me gusto que Gaki-san se haya quedado sin pareja.
y Ai, haahahaha con la chiquilla Riho!! hahaha me dio risa

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