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Detalle inesperado (one shot)

Nuevo one-shot, esta vez escrito por una muy buena amiga y realmente me agrada como escribe sus historias hasta ahorita 100% ishiyoshi y como se que aqui habremos muchos que sigamos a esta pareja aqui les dejo este fic titulado Detalle inesperado.

Clasificasion: R-16


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Detalle inesperado

Escrito por: Miki IV


“¡Qué forma de iniciar una cita!”

Eso es lo que pensaba cuando me di cuenta de que apenas al abrir la puerta, te abalanzaste sobre mí con un beso, e irremediablemente sólo pude dejarme llevar al ritmo de tus labios.

Estando aun en el umbral de la puerta, mis brazos rodearon tu cuello aprisionándote y, como si fuera posible, te invité a profundizar aun más el beso. Lentamente me guiaste al interior del departamento, cerrando la puerta de un puntapié. Ahí, lejos de miradas impertinentes e murmuraciones perdemos el pudor y cualquier muestra de decoro.

Puedo sentir tus manos viajar por mi piel, atravesando incluso la ropa. Poco a poco constantes escalofríos y pequeños espasmos de placer, comienzan a invadirme.

Tus manos se convierten en portadoras de alguna extraña magia en estos momentos. Una extraña magia que me induce a querer más y más de ti y de tus caricias. Y cuando estoy a punto de abandonar la conciencia y entregarme completamente a ti, interrumpes los suaves e inquietos movimientos de tus manos. Involuntariamente comienzo a reclamar nuevamente tu atención con pequeños gemidos. Puedo sentir una sonrisa en tu rostro, aunque no puedo verla ya que aun seguimos unidas en un beso. Esa sonrisa me hace enfadar levemente, y sin contemplaciones te empujo, aprisionándote contra la pared detrás de ti. Después del impacto, en el cual espero no haberte hecho daño, contenerse es absurdo. Mis labios te reclaman, mis labios te necesitan, yo te necesito.

Intentas recuperar el control de la situación, haciendo movimientos estudiados con tu lengua en mi boca. Pero no me dejo, me has irritado, así que pretendo domarte.

Mis manos ahora intentan imitar tu magia, recorriendo cada milímetro de tu piel expuesta. Sintiéndolo insuficiente, comienzo a quitarte la chaqueta mientras mis labios comienzan a bajar a tu cuello el cual comienzo a invadir con pequeñas mordidas. Puedo escuchar leves sonidos contenidos provenir de tu garganta. Y nuevamente mis manos reclaman tu piel.

En algún momento descubro que has dejado de estar expectante, tus manos ahora han cobrado vida y empiezan a despojarme de mi vestimenta. Y unos segundos después has logrado tu objetivo y siento como cae el vestido. Dirijo mis ojos a tu rostro, el cual muestra una sonrisa lúdica y seductora.

“¡Me encantas!” Ese pensamiento recorre mi mente mientras te sorprendo atrayéndote a un beso rápido, para después tomarte del cuello de tu blusa y guiarte a la habitación estrepitosamente. En el breve trayecto, sin contenernos más una a una nos despojamos de las prendas que faltaban. Finalmente, nos abandonamos a caricias mutuas sobre la cama.

Puedo sentir tus dedos viajar sobre y dentro de mí, hallando sensibles zonas que antes no lo eran. Sé que son tus manos las culpables. Tus manos y su enorme facilidad para derretirme con sus caricias.
Puedo escuchar tu agitada respiración y estoy segura que tú escuchas más que eso, pues sé que soy ruidosa en estas situaciones. Situaciones en las que olvido como contener las sensaciones que me invaden y me abandono a lo que me haces sentir.

Deslizas tu mano sobre mi rostro y yo atrapo uno de tus dedos con mi boca mientras la tuya reclama como suya otra parte de mi anatomía. Súbitamente, tengo ganas de ver tu rostro y te hago venir cerca de mí. Tu mirada llena de autosatisfacción me dice que ya sabes lo que quiero que siga a continuación. Un leve beso es depositado en mi frente y después viene otro, más salvaje en mis labios. Y entonces lentamente empiezas a descender por mi cuerpo. Poso mis manos sobre tu cabeza, jalando levemente tus cabellos intentando no perderme ninguna de las sensaciones con las que has invadido mi cordura.

Me guias pausadamente como en una montaña rusa cuando se eleva hacia la máxima pendiente, para después caer velozmente por ella, hacia donde nuestras emociones se encuentran con el clímax de la atracción. ¿Grité? No lo recuerdo, pero no se me haría extraño hacerlo.

Puedo sentir los últimos escalofríos, cuando lentamente los latidos de mi corazón regresan a su velocidad normal. Puedo sentir el frio de la noche debido al sudor que ha empapado mi cuerpo por tu causa. Mi piel necesita calor y tú lo notas. Te levantas del descanso en el que has caído a mi lado y me abrazas tiernamente, no sin antes cubrirnos con una delgada sabana. Poso mi cabeza en tu pecho, intentando escuchar los latidos de tu corazón. Sonido que me reconforta y alivia mis penas y preocupaciones del día. Poco a poco mis ojos comienzan a cerrarse, y pienso que es buen momento de dormir, aquí en tus brazos. Y entonces…

-¿Y a donde me llevarás a cenar? Tengo hambre- preguntas, recordándome los planes para esta noche.

Y entonces, vuelvo a pensar: “¡Qué forma de iniciar una cita!”

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