yo soy ai

Nanchatte Renai -Puente- (Cap.3)

Nanchatte Renai
-Puente-
Escrito por Estrea
Versión Original en http://forum.jphip.com/index.php?topic=21257.0
Traducido por Miki IV para http://gab98fanfics.blogspot.com/
Clasificacion:R-0


"¡Itai!"

Mirando con ferocidad a la persona obviamente extranjera que me había empujado bruscamente, arrugando la frente, fruncí mis labios como gesto de desaprobación. No, no te burles de mis cejas. Sé lo que quiero decir.

A pesar de todo, me sacudí el polvo con cuidado y jalé mi bolsa más cerca de mí. Se sentía raro estar en Tokio por mí misma, sin una escolta. Bueno, Yokohama no era una ciudad pequeña cualquiera, así como yo no era exactamente una pueblerina no acostumbrada al bullicio y ajetreo de la vida citadina, aunque Tokio parecía una ciudad mucho más concentrada de alguna manera. No era demasiado inquietante, pero era diferente.

Ai-chan debió haberse sentido tan fuera de sí cuando llegó por primera vez a Tokio... Sonrío para mi misma al pensar, recordando el alma silenciosamente bulliciosa que conocí hace tantos años, gracias a mi prima. Yo podría ser ligeramente provinciana, más de lo que me gustaría admitir, pero Ai-chan siempre ha sido una chica de campo. Por supuesto, ella ha estado viviendo por su cuenta en Tokio desde hace 5 años, pero para mí siempre será la misma chica que conocí en la casa de mi prima hace 7 años. Un poco diferente, un poco insegura, pero siempre tenaz y empeñada a hacer todo lo que ella decidiera.

Ah, perdona la desviación, todavía tengo que presentarme, ¿no?

Mi nombre es Niigaki Risa, de 19 años de edad. ¿Qué estoy haciendo en Tokio? Bueno, digamos que quería intentar vivir una vida un poco independiente de mi familia. De mi muy rica y muy influyente familia.

Supongo que si realmente hubiera querido, podría haber vivido mi vida frívola, lujosamente protegida en Yokohama, o en cualquier otro lugar por el resto de mi vida. Podría nunca necesitar levantar un dedo trabajando honradamente si decidiera no hacerlo. Esa es la amplitud de la riqueza de mi familia, y más aún.

Yo era una de los varios niños en la extensa familia Niigaki, nacida de la segunda esposa. Si, segunda esposa. Al parecer, la primera murió de enfermedad. Supongo que incluso nosotros, la gente rica, no somos inmunes a las preocupaciones mortales. Mi padre volvió a casarse poco después del fallecimiento de la primera, siendo yo el resultado.

Supongo que ser uno de los hijos legítimos tiene sus ventajas. Por un lado, podemos vivir en la casa principal, o en cualquiera de las muchas residencias por todo Japón. También, tuvimos el beneficio (y la maldición) de portar el nombre Niigaki, el cual puede abrir muchas puertas en la sociedad, pero también nos agobia con la imagen de la familia.

Afortunadamente, he vivido la mayor parte del tiempo fuera de la opinión pública, ya que soy quien da menos actos escandalosos que puedan acaparar los titulares de las revistas de chismes ansiosas de revelar secretos sobre la vida de la alta sociedad.

También, a pesar de mi falta de aventuras de interés periodístico que pudieran hacerme encabezado de revistas, yo tenía un no menos publicable secreto que podría catapultarme a la fama (o a la infamia) en un instante en caso de ser descubierto.

Pues estaba saliendo con una chica. Y no sólo cualquier chica. El suyo era un rostro que había bendecido muchas portadas de revistas, y estaba en el frente de muchos otros anuncios. Y no sólo eso, ella tenía una carrera como actriz en ciernes, así que podía verla en una pantalla aun cuando ella estaba demasiado ocupada para venir a verme debido a su trabajo.

Si, su nombre es Takahashi Ai, y hemos estado saliendo por un poco más de un año. Nunca habría pensado de niña que llegaría a tener tendencias homosexuales, pero la vida tenía una manera de tirar bolas curvas a la gente. Y Ai-chan fue una de esos tiros que nunca vi venir hasta que di vuelta en una esquina y me golpeó en la cara.

Como dije, ya la conocía desde hace muchos años, antes de que ella hubiera decidido venir a Tokio por una carrera en el mundo del espectáculo. Aunque técnicamente, la verdad fue que la conocí después de que ella decidiera que su vida pertenecía al escenario, ya que ya estaba practicando intensamente danza, y era miembro del coro cuando la vi por primera vez en casa de mi prima.

Confesaré que no estaba muy impresionada la primera vez que la vi. Ella era pequeña, pero yo tampoco era muy grande en ese momento. Ella era mayor, pero actuaba como una niña. Se veía y sonaba mucho como una pueblerina, y para alguien que creció en una familia de élite como yo, ella parecía de chiste. En ese momento, me había preguntado que hacia una persona como ella en la casa de mi prima. Me avergüenza admitir que mi primera suposición es que era uno de los sirvientes.

Para luego descubrir que no sólo no era una sirviente, sino también una amiga y compañera de mi prima, fue un shock para mí. No seas tan dura, tenía 12 años en ese momento. Además, ¿quien habría pensado que un chica pueblerina como ella había hecho el sistema de capacitación escolar Sugiyama? Una academia privada que sólo estaba abierta a los ricos o para los más increíblemente dotados.

Como iba a averiguar, Ai no podía haber sido rica, pero ella era una dotada. Lo que tenía, lo había ganado por su propio esfuerzo. No era particularmente talentosa en sus estudios, aunque lo hizo bastante bien en lo académico a través de un montón de arduo trabajo. La mayor parte de su atención, sin embargo, siempre había estado en las artes escénicas. Esa había sido la única base por la que ella había sido admitida en la escuela, y de acuerdo con mi prima, ella siempre se aseguraba de que merecía su lugar ahí,

Yo no podía haber quedado impresionada con ella a primera vista, pero eventualmente aumentó mi atracción hacía ella, ya que era como un soplo de aire fresco en mi viciada y privada vida. El hecho de que habíamos sido educadas de forma totalmente diferente fue un poco incómodo al inicio, pero hemos trabajado en ello con el tiempo.

Aunque, admitiré que la forma en que ella podía administrar las cosas, me divertía mucho cuando éramos más jóvenes. Ahora, lo veo nada más como otra adorable singularidad que ella tenía, una parte de ese precoz paquete que era totalmente mío.

Por supuesto, no llegué a verla muy a menudo, por ser sobretodo, en el mejor de los casos, una relación a larga distancia. Creo que sí yo hubiera realmente querido, podría haber ido a Tokio todos los días sólo para verla, pero Ai-chan quería evitar escándalos. Vi adonde estaba ella llegando, y yo misma estaba ansiosa por evitar aparecer en la primera página de un tabloide.

Me sacudí a mi misma de mis pensamientos, y decidí no soportar la molestia del transporte público y le hice señas a un taxi. Ai-chan tenía trabajo en ese momento, por lo que salí por mi cuenta en primer lugar.

Las primeras dos semanas de estar en este nuevo lugar han sido, por decir algo, un poco raras, y fue agravado por el hecho de que rara vez podía ver a Ai-chan. Ella era ahora aun más adicta al trabajo de lo que había sido en aquel entonces, y el hecho de que ella también estaba ensayando para una próxima obra de teatro significaba que yo terminé pasando más tiempo en casa que ella estas dos semanas. No es que me quedara ahí por mi cuenta demasiado, dado que estaba en su mayoría fuera, observando los alrededores y tomando mí tiempo buscando un trabajo. No necesitaba un trabajo, pero quería hacer algo. Por eso estoy aquí, en primer lugar.

Sin embargo, había otra razón por la que quería estar aquí. Quería verla, estar con ella, en vez de sentir como si fuéramos simples novias por teléfono celular que intercambian dulces mensajes sin siquiera verse la cara.

Eso había venido de una muy inocente pregunta de mi prima, siendo ella la única que sabe sobre mi relación clandestina con Ai-chan.

¿Sabes lo que ella hace fuera del trabajo?

La pregunta me había dado una pausa; ¿qué hace Ai-chan fuera del trabajo? Yo estaba bien informada sobre su trabajo... tan bien informada como cualquiera de sus fans lo está. Por alguna razón, eso me molesto demasiado. Yo era su novia, por amor de dios. Yo debía saber cosas sobre ella que el público no. La sola idea de ello, me indignó, y ahora ahí estaba.

Las cosas que hago por amor...

El escenario de concreto pasó rápidamente por la ventana, llevándose mis fugaces pensamientos. El viaje fue aparentemente rápido, pero de nuevo Ai vivía en una zona privilegiada, así que no había tenido que viajar demasiado lejos para empezar. Ella realmente debe estar haciéndolo bien para vivir en tal lugar.

Distraídamente, pagué la tarifa y salí. Las calles estaban teñidas de dorado en la puesta del sol, y revisé mi teléfono instintivamente otra vez. El último correo de Ai-chan decía que ella regresaría temprano hoy, así que yo estaba deseando pasar un poco de tiempo de calidad con ella.

El viaje había transcurrido sin incidentes, y cuando por fin me encontraba frente a la puerta del apartamento, me di cuenta de algo de crucial importancia.

¡Olvidé llevar las llaves!

La parte inconveniente sobre aprender a vivir fuera, era el hecho de que tenía que recordar constantemente todo tipo de pequeños detalles. Para alguien acostumbrado a que le sirvan de pies a manos, era sin duda una tarea difícil.

Dando vueltas fuera de la puerta, me preguntaba si Ai tardaría mucho en volver. Sería terrible tener que esperar afuera como una tonta. Estaba a punto de enviar un rápido correo para preguntarle sobre ello, cuando el sonido de unos pasos detrás de mí me hizo dar vuelta.

No era Ai-chan, pero si alguien del mismo tamaño que ella. Cada centímetro de ella de alguna forma gritaba "yankii", y ella me miraba con una ceja levantada, como si yo fuera algún tipo de interesante especimen. Estaba lista para dar vuelta e ignorarla, antes de que me diera cuenta de que ese era el final del corredor y el único departamento ahí era el de Ai...

"Así que, tú eres esa Gaki-san." La chica yankii dijo en voz alta, haciéndome saltar y mirarla ampliando aun más mis ojos. ¿Cómo sabía ella mi nombre? Más importante aún, ¿cómo sabía la forma en que Ai-chan me llamaba? ¿Una amiga de Ai-chan? ¿O una acosadora? ¿Cómo podría yo tener una acosadora?

"Ai-chan te mencionó un par de veces." Ella contestó a mi perplejidad tácita. Curvando ligeramente sus labios, agregó. "Ella tenía razón sobre las cejas... y la frente."

Instintiva y defensivamente, mi mano se dirigió a cubrir las partes mencionadas. ¡Qué grosería! Me preguntó cómo Ai-chan tenía amigas así. Esa chica era, desde luego, lo suficientemente bonita, pero no tenía nada de educación.

"¿No vas a entrar?" Me preguntó, y fruncí el ceño ligeramente, sin querer admitir que había olvidado las llaves. Ya que no respondí, ella resopló y me empujó nada gentilmente pasando delante de mí, alcanzando por detrás un lugar oculto para revelar una llave de repuesto en su mano.

"¿Cómo lo hiciste...?" Solté, mientras ella abría casualmente la puerta. Sin embargo, ella me ignoró, y sólo entró sin mirar atrás. Gruñí para mí misma, siguiéndola, todo mientras me preguntaba qué era esa chica de Ai.

"¿Y quién eres?", le pregunté de nuevo cuando ya estábamos dentro. Esa yankii insolente pasó su bolso en el sofá, alzando su ojos sólo brevemente como reconociendo mi pregunta.

"Una amiga~" La voz que respondió no era de ninguna de nosotras. Di vuelta para ver a Ai entrar como si nada hubiera pasado. Sus ojos brillaban mientras ella miraba fijamente a esa chica yankii.

"¡Reina! No te he visto en semanas." La chica llamada Reina sopló silenciosamente y pinchó a Ai en el hombro.

"Estaba ocupada, al igual que tú." Sus ojos giraron deliberadamente hacía mi. Repentinamente, me sentí muy incómoda por alguna razón. Conteniendo esa sensación, me acerqué a ellas, sintiéndome extrañamente como una tercera rueda por algún inexplicable motivo.

"Así que, ¿Quien es ésta exactamente?" Pregunté de nuevo, tratando de mantener mi tono cortés. Algo sobre esta Reina me estaba haciendo sentir inquieta. No estaba segura de por qué o de que era. Sólo era una sensación.

"Gaki-san, esta es mi linda kouhai, Reina. Hemos trabajado juntas algunas veces." Ai-chan alborotó el cabello de Reina en broma, provocando un pequeño gruñido de la chica más joven.

"Entonces, ella es tu colega..." Digo en voz alta, como si intentara tranquilizarme a mi misma de algo, no sé de qué. Ellas intercambiaron una mirada, y algo ilegible pasó entre ellas, tan fugazmente, que lo hubiera pasado por largo de no haber estado mirando de frente.

"Ai-chan fue mi tutora antes de que debutará oficialmente." Reina añadió tranquilamente. Había un trasfondo en su voz que parecía decirlo todo, pero fui incapaz de leer el contenido. Ai, en cambio, tenía una extraña expresión en su rostro, una expresión que no había visto nunca antes.

"Si, eras una niña salvaje en ese entonces..." Me parece que faltara la mitad de la conversación. Decidiendo preguntarle a Ai más tarde, les sonreí. Fue poco convincente, demasiado de lo que estoy dispuesta a admitir.

Antes de que pudiera abrir mi boca, Reina cortó rápidamente.

"Sólo estoy aquí por algo, después me iré. No quiero inmiscuirme." Parecía haber un cabo oculto en sus palabras, y creo que fui a única que vio a Ai-chan hacer una ligera mueca a eso, ya que Reina se había puesto de espaldas a nosotras para entrar a la habitación de Ai.

"¿Dejas a tu kouhai llamarte Ai-chan?" Rompí el momento con una pregunta rápida, y Ai-chan volteó para mirarme.

"¿Por qué no?" Y ante mi escéptica mirada, ella se apresuró a añadir.

"Reina es una buena chica. No la juzgues por su apariencia." Mi frente se arrugó algo más al escuchar el tono protector en su voz. Esta sensación, ¿eran celos? ¿Estaba celosa de esa grosera y escuálida yankii?

En ese preciso momento, Reina salió de la habitación mientras se ponía un par de aretes. Parpadeé. Había visto esos en el tocador de Ai antes. ¿Qué estaba haciendo ella con ellos?

"No los podía encontrar, así que vine a dar una mirada." Reina dijo bruscamente mientras los abrochaba. Ai se veía divertida. Yo... no estoy segura de como se veía mi rostro. Creo que necesito un espejo.

"No te quedes fuera muy tarde, tenemos una sesión de fotografía conjunta mañana por la mañana." Ai-chan aún tenía esa extraña y perpleja expresión en su rostro, como sí ella estuviera en otro lugar. Reina sonrió.

"Sé cómo trabajar habiendo dormido poco, a diferencia de ti."

Compartieron una sonrisa, la de Ai era de alguna manera avergonzada y la de Reina, de satisfacción, y un músculo se contrajo en mi mandíbula. Tuve que tomar unas cuantas respiraciones profundas para evitar apretar los puños. Por alguna razón, la sola presencia de Reina me ponía los pelos de punta. Era todo lo que podía hacer para evitar aferrarme a Ai-chan inmediatamente y reclamar mi territorio.

"Estoy saliendo entonces. Hasta mañana." Reina agitó su mano con ligereza mientras salía. Ai sólo sacudió la cabeza a la chica que salía, con una indulgente sonrisa en sus labios.

"Ustedes dos parecen ser muy cercanas." Afirmé rotundamente, cruzando los brazos. Ai volteó a mirarme.

"Hemos estado trabajando juntas por un tiempo. Ella es una buena amiga." Su respuesta fue diplomática, y su rostro estaba cuidadosamente en blanco. Lo cual me hizo sospechar aun más, pero suprimí mis celos internos. No quería desempeñar el papel estereotipado de novia celosa. Eso sólo no era... para mí.

"No hagas pucheros, Risa-chan~" De repente, se inclinó y plantó un suave beso en mi nariz. Me sonrojé, no estaba acostumbrada a esa intimidad. Yo pude haber hecho el primer paso en la confesión, pero nunca había iniciado la mayor parte de cualquier contacto íntimo. Creo que besarnos y algunas caricias ha sido lo más lejos que hemos llegado, nunca más allá.

Aún era un poco tímida acerca de ir más lejos, pero me había preparado mentalmente para la eventualidad de que algo podría suceder ya que estaba viviendo con ella. Después de todo, ¿no es normal para las parejas tener intimidad? Ciertamente, no quería ser algún tipo de mojigata.

"Creo que iré a hacer la cena." Ella se retiró, y no pude evitar sentirme un poco decepcionada.

"¿Quieres ayuda?" Pregunté, siguiéndola por detrás. Ella me empujó ligeramente, haciéndome sentar en el sofá.

"¡De ninguna manera, quiero mi cocina intacta después!”

"¡Hey, no soy tan mala!"

"¿Ah, sí? Aún recuerdo lo que sucedió la última vez cuando estábamos en casa de Sayu..."

Me sonrojo. "¡Esa fue culpa de Sayu!"

Ella se ríe de mí, tocando con su dedo ligeramente el centro de mi frente. La ansiedad que sentí antes, se evapora, y la miro con anticipación.

"¿¿¿Puedes hacerme tu omurice???"

"Claro. Sólo quédate ahí."

Su sonrisa lava mis dudas, y me recompensa con otro beso en la frente antes de entrar a la cocina. La observo con ojos de adoración. Soy realmente muy afortunada de tener una chica maravillosa a mi lado.

Y no voy a dejar que nadie la aparte de mí.

1 comentarios:

Paola dijo...

Dios es tan bueno...!!!

"grosera y escuálida yankii"" hahaha muy gracioso...ya me imagino como sera Reina...!!! XD contii...no tardenn...!!!

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