yo soy ai

Nanchatte Renai (Cap. 6)

Nanchatte Renai
-Más cerca- Clasificasion:R-0
Escrito por Estrea
Versión Original en http://forum.jphip.com/index.php?topic=21257.0
Traducido por Miki IV para http://gab98fanfics.blogspot.com/


No era un hogar tranquilo al que regresó Ai, la tarde siguiente. La TV mantenía un inquieto murmullo en su usual silencio, y el segundo inquilino del departamento se unía a él en armonía.

"¡Ai-chan! Ahí estás." El saludo de Risa parecía más acomedido de lo usual, y Ai cerró sus ojos, tratando de dejar fuera la disonancia que sentía.

"Estoy en casa." Una pequeña sonrisa insípida coloreó aquellas palabras, aun cuando Ai se aferraba al recuerdo de la relajante velada que había pasado antes en casa de Reina.

"¡Ah!, bienvenida de nuevo." Hubo un tenso momento entre las dos chicas, antes de que Ai lo rompiera sin problemas al caminar hacía Risa y tomando su mano, con un ligero tono juguetón en su voz, preguntó.

"Entonces, ¿me extrañaste?" Risa resopló, golpeó juguetonamente el hombro de Ai.

"No te hagas ilusiones."

Pero la forma en la que ella sostuvo ligeramente la mano de Ai dijo lo contrario, y Ai sonrió, liberando su mano con delicadeza

Mientras se dirigía a su habitación, quitándose el abrigo en el proceso, escuchó a Risa andar silenciosamente detrás de ella. Estaba a punto de preguntarle si quería algo, cuando de repente Risa la abrazó por la espalda, hundiendo el rostro en su espalda.

"¿Quieres algo?" Ai se las arregló para sonar dulce, acariciando las manos de Risa que rodearon su cintura.

"No estás usando la misma ropa de ayer." Risa intentó fuertemente contener el tono acusatorio de su voz pero, sin embargo Ai recogió un poco de él.

"Pedí prestada la ropa de mi amiga." Lo cual era cierto, tal como había sucedido. Por otro lado, era difícil seguir la pista de cuales prendas eran originalmente suyas o si era algo que le pertenecía a Reina. Naturalmente, eso era otro hecho que Risa no tenía que saber.

"¿Esa chica es Reina?" Risa trató de mantener su voz neutral, pero esa no era una tarea fácil. Ai ni siquiera hizo una pausa al responder.

"Si."

Risa se estremeció ligeramente, como si la confesión la hubiera pinchado. No le tomó mucho hacer ese retroceso mental. Ai prácticamente le había gritado que había pasado la noche con Reina.

"¿Por qué pasas tanto tiempo con ella?" Risa trató de no sonar quejumbrosa, ya que no podía dejar de sentirse excluida en el momento en que Reina entró en escena. Aí la miró por encima del hombro.

"Ella es mi amiga y es la forma en la que hemos sido siempre."

El tono práctico la hirió más que otra cosa. Risa no pudo evitar recordar las fotografías que vio en la caja de zapatos. La manera en la que Reina y Ai habían estado tan cerca, y estaban tan cerca, la inquietaba.

"Pero yo soy tu novia."

"Si." Un robot podría haber tenido más emoción que Ai. La chica mayor parecía estar procesando algún tipo de información en su cabeza, y sólo dio la más mecánica de las respuestas.

"Si te pido que no la veas de nuevo, ¿lo harías?"

"No." Ai se retiro a si misma del abrazo, caminando hacia adelante a su lado de la habitación. "No veo por qué habría un problema con seguir viéndola..." Ella se interrumpió cuando se dio cuenta de algo fuera de lo habitual.

"¿Moviste mis cosas?" Arrodillándose por la columna de revistas, Ai cuidadosamente tomó la caja de zapatos, abriendo la tapa. El contenido disperso dentro confirmó su sospecha.

"Yo..." Risa quería decir algo, pero no estaba segura de que podía decir. Ai empezó a reorganizar las fotos de nuevo, de espaldas a Risa.

"No toques mis cosas la próxima vez." Había un tono frio definitivo en sus palabras. Risa se sonrojó, de vergüenza o ira, ella no estaba muy segura.

"¿Por qué guardas todas esas fotos de ella de esa forma? ¿Por qué incluso tienes tantas fotos con ella?" Risa estalló, incapaz de evitar preguntar. Ai hizo una pausa...

"Porque a Reina le gusta tomar fotos, y ella siempre me arrastra en ellas." Ai respondió calmadamente, continuando con su tarea. Risa desvió la mirada.

"Pero ni siguiera te gusta ser fotografiada..."

Ai rió en voz baja. "Gaki-san, mira lo que hago para ganarme la vida. No creo que sea cuestión de gusto o no. Sólo tengo que hacerlo. Viene con el trabajo."

"Te veías feliz en esas fotos."

"Es divertido estar con Reina." Ai respondió simplemente, poniendo la tapa con cuidado y colocándola en su lugar original. Risa se quedó mirando su propio pie, antes de preguntar en voz baja.

"¿Te gusta estar conmigo?"

Ai lo tomó a consideración. Su silencio momentáneo sólo sirvió para llenar de temor a Risa, y una creciente ira burbujeó lentamente en su interior.

"Risa es agradable." La respuesta fue considerada, pero de alguna manera evasiva al mismo tiempo.

Dolía. Ese tipo de consideración dolía. Ai había estado en ese momento de silencio, moviéndose tranquilamente hacía el armario para tomar alguna ropa. Y sin siquiera mirar en dirección de Risa, se dirigió hacía el cuarto de baño.

Sin embargo, antes de que pudiera llegar, Risa caminó delante de ella, bloqueándole el paso.

"Dime algo, Ai-chan. ¿Quién de nosotras te importa más?"

Ai observó a Risa sin comprender. La pregunta quedó entre ellas por un largo momento, antes de que Ai exhalara un profundo suspiro.

"Reina es Reina. Risa es Risa. Las dos son diferentes. No te compares con ella."

"No estás respondiendo la pregunta." Risa contestó rotundamente, cruzando los brazos. Una chispa pasó por los ojos de Ai, y su mandíbula se apretó brevemente.

"No quiero hablar de eso ahora." Dijo finalmente Ai con cansancio. Ella podía haber dejado atrás a Risa, pero la chica más joven no la dejo hacerlo sosteniéndola del brazo.

"Necesito saber, Ai-chan. Necesito saber cómo estamos." Necesito saber si has sido mía para empezar.

"Tú eres mi novia. Reina es mi amiga. Eso es todo lo que necesitas saber." Ai quería huir de esa conversación. Le estaba provocando dolor de cabeza. Inconscientemente, ella recordó la relajada noche que había pasado con Reina de nuevo. Lamentó no poder estar allí en ese momento, sentada en el sofá con Reina y viendo películas juntas. No había preguntas incómodas ahí. Sólo feliz tranquilidad.

"¿Por lo menos me amas?"

"¿Y tú?" La mirada de Ai fue repentinamente, y casi de manera abrupta, directa. Sus ojos parecían muy oscuros, casi de una profundidad infinita. Incapaz de sostener esa franca mirada, Risa apartó sus ojos, y sus manos se apretaron en puños a sus costados.

"No me hagas ese tipo de pregunta si ni siquiera tú puedes responder a eso." La voz de Ai era monótona, casi sin emoción... aunque no del todo. Parecía que había un trasfondo oculto de dolor, las palabras se mezclaron con la amargura de una fe traicionada.

"¡Te amo!" Risa se sintió obligada a declarar, e impulsivamente llegó a tomar el brazo de Ai. "Así que ¡dime!" Dime que está mal.

Ai lenta y deliberadamente pasó su mirada de arriba a abajo del rostro apasionado de Risa, un toque de melancolía persistía en sus ojos. Extendió su mano libre para trazar la mejilla de Risa, casi con cariño, colocando antes un mechón rebelde detrás de una oreja.

"No me amas." La respuesta de Ai era triste, y Risa se sintió impulsada a protestar contra ello, y lo habría hecho, de no ser porque un dedo de Ai presionó firmemente contra sus labios para callarla.

"Lo que amas es tu imagen de mi. Tú nunca me has visto realmente." Otra impotente protesta burbujeó dentro de su garganta, pero fue suprimida por la gastada y abatida expresión que Ai llevaba que cualquier incapacidad de hablar.

"No soy la chica que solías conocer. Si es que alguna vez lo fui."

"Estoy dispuesta a aprender." La respuesta logró arrebatar alguna sorpresa de la nada entusiasmada Ai, quien miró a Risa más de cerca esta vez. La chica más joven tenía la cabeza baja, y su mano sostenía la manga de Ai en un agarre débil con dos dedos, casi sin poder hacer nada.

"Yo.... quiero saber más de ti." Risa arrastró valientemente con los dientes apretados. "Si dices que no entiendo, entonces enséñame."

Ai no esperaba eso de Risa. Ella había... bueno, hablando honestamente, nunca tuvo expectativas de la chica. Desde el comienzo, incluso antes de que todo ese lio hubiera comenzado, Risa había sido siempre secundaria a sus intereses. Era divertido pasar el rato con ella y Sayu antes, pero Ai siempre había sido consciente del hecho de que eran diferentes a ella. . . ¿o lo era ella de ellas?

No fue sino hasta después de que ella conoció a Reina que había descubierto la diferencia de la amistad que tenía con ellas. Definitivamente había una diferencia entre tener que divertirse y sólo divertirse por sí solo.

Reina no era igual que ella. Ai supo eso desde el primer día en que vio a la chica. Sin embargo, aún con todas sus diferencias, Reina había sido capaz de alcanzarla. Ella no había pedido nada más que Ai sólo se divirtiera. Vivir el momento, sólo divertirse. Para hacer uso de nuestra corta vida en esta Tierra. Ese era el tipo de persona que Reina le había enseñado a ser.

Ai era vagamente consciente de que Risa aun estaba a la espera de una respuesta de ella, el silencio colgó pesadamente entre ellas. La atmosfera era densa, casi sofocante. Había muchas expectativas ahí, arrastrándola hacía abajo, ahogándola. Dolía estar ahí.

Cerrando sus ojos, Ai exhaló lentamente para recuperar el juicio. Su voz, cuando habló, sonó tranquila.

"No puedo." Ante el obvio aspecto de dolor en los ojos de Risa, Ai continuó.

"No es algo que... pueda... ser...enseñado..." Cada palabra que salió de sus labios llevaba el estrés de un millar de preocupaciones. "Hay... demasiado que contar." Una temblorosa y frágil sonrisa. "Ni siquiera sabría donde empezar, o cómo."

"Entonces, comienza desde el principio. No tengo miedo." Risa insistió. Ai negó con la cabeza.

"Lo deberías tener. Hay cosas que es mejor que no sepas." La voz de Ai era oscura, y sus ojos perseguidos por alguna sombra.

"¡Quiero saber!" Risa casi gritó, tomando a Ai por los hombros y obligándola a darle la cara. "¿Por qué no me dirías?"

Los labios de Ai se movieron silenciosamente por un momento, pero ningún sonido salió de ellos. Sin embargo, otra cosa lo hizo. Un tono de celular atravesó la tensa atmosfera, chirriando su alegre llamado.

No es el mío. El pensamiento cruzó velozmente por la mente de Risa, incluso mientras Ai suave pero con firmeza soltaba uno de sus brazos para alcanzar su teléfono celular.

"No contestes." El tono de Risa fue tenso, urgente y... ¿temeroso? Ai no la miró, en su lugar, llevó su mirada al identificador de llamadas en la pantalla.

"No contestes. Habla conmigo." Risa casi le suplicó a Ai, apretando su agarre en el brazo de Ai casi inconscientemente. Un músculo de la mandíbula de Ai se flexionó obstinadamente, y con toda la intención respondió la llamada sin encontrarse con la mirada de Risa.

"¿Reina?"

El nombre tuvo el impacto de un golpe físico en Risa, su rostro se apretó en una mueca. Si Ai se dio cuenta, ella optó por ignorarlo, enfocándose en su lugar, en la voz que provenía de su teléfono.

"Dejaste tu agenda en mi casa. ¿Lo necesitas ahora o puedo pasártelo la próxima vez que te vea en el trabajo?"

"¿Y cuándo sería eso?" La voz de Ai recuperó algo de vida en esa mundana conversación, y Risa no podía dejar de notar el tono brillante y coqueto que Ai inconscientemente (o no) había adoptado.

"Si tu agenda está al día, será la próxima semana cuando las dos estemos en la agencia al mismo tiempo."

"No me hagas esperar demasiado~" Risa hizo una mueca, cualquier número de posibles escenarios para el tipo de conversación que Reina y Ai estaban teniendo vinieron a su mente. Peor aún, ninguno de ellos era particularmente inocente.

Hubo una pausa en el otro extremo de la línea, antes de que Reina respondiera.

"¿Estás bien?"

No. Dijo mentalmente Ai, a sabiendas de que Reina no podría escucharla al otro lado de la línea, y que no había manera alguna para que la chica que normalmente era astuta para recoger pistas en su lenguaje corporal, lo hiciera esta vez. Sin embargo, irracionalmente y de alguna forma, aun esperaba que Reina pudiera obtener algún indicio.

Casi podía sentir a Reina tomar un respiro al otro lado, como si fuera a decir algo, pero aparentemente lo pensó mejor, ya que sus siguientes palabras fueron casi completamente neutrales.

"Nos veremos pronto entonces." Otra pausa. "Cuídate."

"Nos vemos..." Ai casi susurró en el teléfono, sosteniéndolo más de lo estrictamente necesario, hasta que oyó que Reina colgaba en el otro extremo.

"¿Por qué ella? ¿Por qué puedes hablar con ella y no conmigo?" Frustración, rechazo, dolor; todas esas cosas estaban presentes en la voz de Risa. Ai se quedó en silencio, cerrando su teléfono de golpe y deslizándolo nuevamente dentro de un bolsillo. Risa continuó, obviamente más entusiasmada por el momento.

"Soy tu novia, por amor de dios. Y ella sólo es, si he de creer en ti, tu amiga." Los dedos de Risa se enterraban casi dolorosamente en los hombros de Ai, pero aún así la chica mayor se quedó inmóvil.

"No entiendo por qué estás tan cerca de ella... ¡Yo te conocí primero!"

Ai alzó la vista ante eso, y su mandíbula se apretó ligeramente. Lentamente, se forzó a contestar.

"Reina es... diferente." Una pausa. "Ella estuvo aquí para mi..."

fuiste la que no quería que yo estuviera aquí!" Risa gritó, agitando a Ai para enfatizar sus palabras. " dijiste que no querías que nos descubrieran..."

"¿Realmente piensas que Reina acaba de aparecer recientemente?" Ai le preguntó seriamente. Risa la observó fijamente, tratando de procesar aquello. Ai continuó, vacilantemente, como si estuviera renuente a tocar el tema.

"Ella estuvo... aquí... para mí cuando realmente lo necesité, antes de que supiera que te gustaba de esta manera." Ai negó con la cabeza una, dos veces, como si tratará de librarse de un mal recuerdo.

"Así que te preocupas por ella." Risa concluyó, no sin un cierto grado de amargura en su tono. Ai alzó la mirada con dureza después de eso, como si el comentario la hubiera picado. Risa continuó sin hacer caso a las señales de advertencia, sólo sabía que tenía que sacar las cosas a la luz.

"Si ustedes dos ya eran tan cercanas, entonces ¿por qué aceptaste mi confesión, para empezar?"

Aturdida, Ai se puso rígida muy notablemente, con el rostro pálido como asumiendo una expresión defensiva. Inquietud, incertidumbre y renuencia cruzaron por sus ojos y los hombros se hicieron hacía adelante, como si tratara de doblarse en posición fetal para protegerse.

"Fue...yo..." Ai cerró sus ojos, su rostro era una fuente de emociones. Sin embargo, era casi imposible decir que era lo que exactamente estaba pensando. Ese era el misterio que ella mantenía, el misterio que había llevado a Risa tan irresistiblemente hacía ella, y lo que había arrastrado a muchos otros. El qué alguien que llevaba sus emociones tan abiertamente en su manga, pudiera enterrar sus pensamientos más íntimos tan profundamente que nadie podía descifrarlos. Ese era un reto al que todos venían a tratar de averiguar.

"¿Fue sólo una broma? ¿Estabas jugando? ¿Qué soy yo para ti, Ai-chan?"

Risa estalló primero, con sus ojos enrojeciéndose mientras lágrimas de rabia se filtraban y dejaban rastro por sus mejillas. Aí respiró profundamente, intentando dominar sus emociones, pero buscando un pequeño terreno para no caer.

"Estaba... estaba..." Aí se encontró sin palabras. Un montón de imágenes, memorias realmente, invadieron su mente. Los acontecimientos que condujeron hasta ese día en que Risa se le confesara aun eran un lio confuso, una maraña de emociones tan complejas que dolía siquiera al mirarlas, y mucho más, revisarlas. Ella sabía, en el fondo, que no estaba siendo justa con Risa desde el inicio. Al igual que no fue justa con todas las demás chicas con las que había estado en esos años.

¿Cómo he podido acabar así? ¿Por qué lo hice...y por qué aun continuo?

No hubo respuesta, al menos, ninguna que ella quisiera enfrentar en ese momento. Había demonios con los que ella no podía pelear, que no quería enfrentar. Ella no los enfrentaría hoy.

"¿Por qué me haces esto, Ai-chan?"

El implacable interrogatorio hizo retroceder a Ai hacía una esquina, obligándola a enfurecerse en vez de sentir remordimiento. Si no podía enfrentar sus muchas culpas, ella podía al menos recurrir a la ira. Era una reacción muy humana, pero difícilmente admirable.

"Estás siendo paranoica." Ai dio vuelta bruscamente, alejándose. "Dios, yo no debería tener que lidiar con esto."

"¿A dónde vas?" Risa llamó.

"Afuera"

La puerta se cerró, dejando a Risa de pie y sola en un departamento repentinamente silenciado.

~*~*~

Ai estaba echando humo mientras salía de su propio departamento. Demasiado emocionada para detenerse, decidió renunciar a esperar al ascensor y terminó por bajar por las escaleras.

Cinco niveles abajo, ella se detuvo a mitad de su marcha y miró hacia el techo, preguntándose a sí misma en voz alta.

"¿Por qué soy yo la que salió cuando es mi casa?"

Los ecos no le dieron una respuesta útil, y Ai alzó las manos en señal de frustración, antes de continuar su camino hacia abajo.

La caminata ayudo, al igual que el silencio. Ai era alguien que disfrutaba de la paz y tranquilidad, así como de una saludable cantidad de espacio personal. La soledad aclaraba su mente, y le devolvía cierta ecuanimidad a sus emociones. Haciendo muecas, intentó alejar de su mente la imagen de Risa fuera de sí. Ella no tenía la intención de ser dura con la chica, pero Risa la había llevado muy lejos.

Tengo que hacer algo con ella.

Sacudiendo su cabeza, Ai continuó bajando, enfocándose convenientemente en sólo un lado del problema mientras ignoraba la otra. Había obtenido mucha práctica haciendo caso omiso de esa cuestión que Risa, cruzando la línea, había mencionado en su presencia.

Ella sabía que, un día, tendría que lidiar con eso también, pero el sólo tener que hacer frente a una chica angustiada era más que suficiente por el momento. A pesar de todo, aún se preocupaba por Risa, razón por lo cual nunca había llegado demasiado lejos con la chica... al menos, nada más lejos de lo que la chica más joven hubiera pedido abiertamente o iniciado.

A pesar de su reputación, Ai no había nunca cruzado la línea con nadie. Si, ella era a menudo un tanto... inapropiada... involucrándose con modelos menores de 15 de la agencia, pero nunca hizo algo que ellos no quisieran que ella hiciera. Ese era su único principio. Ella no quería y no podría aprovecharse de alguien más. Eso iba en contra de todo en ella.

Llegando finalmente a la planta baja, Ai cruzó el vestíbulo y salió del edificio, asintiendo con la cabeza al guardia de seguridad cortésmente mientras lo hacía.

Las botas resonaban en la grava, Ai se estremeció y se frotó los brazos con pesar. La brisa de la tarde la haría obtener un resfriado sin duda alguna, y había olvidado descuidadamente llevar su abrigo en el calor de su ira.

El orgullo, sin embargo, le impedía regresar. No tenía ganas de regresar para recoger los pedazos tan rápidamente de todos modos. Su ira y frustración con toda la situación no se había desvanecido todavía. Con un suspiro, ella continuó caminando... luego se detuvo.

Tal vez debería haberse sorprendido, pero Ai se encontró extrañamente a gusto mientras que una sonrisa apareció automáticamente en sus labios.

"Reina."

"Olvidaste esto." Reina sostenía la maltratada agenda, entregándosela. Sus dedos rozaron brevemente, pero ninguna reaccionó visiblemente ni dijo nada.

"¿Caminas conmigo?" Invitó fácilmente Ai, y Reina asintió con la cabeza, caminando al paso de la mayor.

La pareja caminó en silencio, Reina leyó correctamente que todo lo que Ai necesitaba era compañía no conversación. La aparente falta de destino no molestó a ninguna de las chicas, dado que no tenían intención de alejarse por ahora.

"Viniste." Ai dijo finalmente. Reina sonrió, metiendo las manos dentro de los bolsillos.

"Lo necesitabas." Reina no dio detalles, pero ambas sabían exactamente lo que significaba.

"Si." Ai lo reconoció. Ninguna palabra de preocupación o de agradecimiento fue intercambiada, pero eso nunca fue necesario entre ellas.

"No tienes nada programado hasta mañana por la noche." Reina dijo repentinamente.

Ai pretendió hojear la agenda. "Eso parece."

"¿Quieres salir esta noche?" Esta vez fue el turno para invitar de Reina, y Ai le sonrió, respondiendo en broma.

"Qué, ¿ningún lindo galán para salir con él?"

Reina le sacó la lengua. "Para tu información, los tengo en lista de espera. Sólo pensé que esta noche debería ser sólo para nosotras." Reina finalizó muy a la ligera, como si eso fuera todo lo que .había previsto. Ai ocultó una sonrisa, y un cálido sentimiento creció en su interior. Reina era una buena chica, siempre tan amable con ella. El siguiente pensamiento llegó bruscamente, y fue inevitable.

Ella merece algo mejor.

De repente, sintió frio de algo más que la temperatura, Ai sin embargo ocultó sus pensamientos más íntimos con una sonrisa perezosa mientras respondía.

"¡Oh! Yo supuse que~" Ai sonrió. "Alguien podría necesitar mantener a una niña como tú fuera de líos."

"Oi, el sólo tener más de 20 no te da derecho a mandarme, obaa-san. "

"¿¿¿Obaa-san???" Ai preguntó con fingida incredulidad. "Tú pequeña..."

"¿No puedes seguir el ritmo de esta pequeña?" Reina bromeó, corriendo hacia adelante y dando vuelta para hacerle una mueca a la chica mayor. Ai rodó los ojos hacia el cielo, dándole a Reina unos pocos segundos de ventaja, antes de darle caza.

El resultado era bastante predecible. Reina nunca había sido capaz de dejarla atrás. Nunca lo haría. Ella siempre podría atraparla. Ai creía en eso, y dejaba todo lo demás al destino. Ella no lo pensaría más por esta noche, y sólo se permitiría divertirse.

Mañana podría preocuparse por ello. En ese momento, no había más que ella... y Reina. Ella sonrió de nuevo.

Eso era todo lo que ella necesitaba...

3 comentarios:

kari de kamei dijo...

el fic me afecto tanto ya paresco risa con tantas emociones encontradas t...t pero sta tan bueno!!

mentalbreaker dijo...

Una excelente escritora de hecho *-*... Me encantó

Anónimo dijo...

Mi fic favorito... me encantan los capitulos... cuantas emociones!!! n_n

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