yo soy ai

Y yo, que decía nunca Capítulo 15

                                                                    Clasificación: R-0

Risa había nacido en una de las 3000 islas pequeñas de Japón, el nombre en realidad no tiene importancia ya que ni la misma Risa tenía conocimiento exacto de en cual de ellas era que había nacido. No había cumplido los dos meses cuando la robaron del lado de su madre una mañana de verano. 
Vendida por un par de monedas, Risa habría de arribar a la capital de Japón con una temprana y prometedora belleza, belleza que haría que esta apenas llegar a Tokyo fuera comprada por la dueña de uno de los prostíbulos más grandes de Tokyo. Sidonna, como ella misma se había puesto, había pagado 10.000 yen con la convicción de que era una excelente compra.
Bautizada con el nombre de Risa, la pequeña seguía el riguroso entrenamiento y las clases que Sidonna le impartía a ella y 10 niñas más, pero Risa siempre se diferenciaba de las otras, ninguna lloraba con más fuerza, ninguna comía con más ganas, ninguna insultaba más a Sidonna más que ella. Llegando al punto en que Sidonna prefirió venderla; mejor ahora a después cuando no pueda controlarla, se decía mientras esperaba junto a Risa al nuevo comprador.
Una fría mañana de invierno y por tan sólo 5.000 yen Risa sería nuevamente revendida a un traficante quien la subastaría a una nueva alma filantrópica, Ayumi-sama, que entre muchas cosas era además dueña de un burdel.

-Ayumi es una puta- Gritaba la niña mientras corría por los pasillos del burdel-puta puta y recontra-puta.

                El espíritu de Risa se tornaba cada vez más ingobernable, más áspero, más peligroso. Por esto mismo y con tan sólo 6 años Ayumi-sama determinó que si la niña se consideraba lo suficientemente adulta para insultarla y hacer lo que quisiera, tenía la edad suficiente para ganarse la comida. 

-Mañana tendrás tu primer trabajo.
- Trabajo?
- No es necesario que lo entiendas, pero si quieres comer algo más te vale tratar bien a Riota-san.

                Riota-san un hombre viejo, lastimoso y rico que tenía dos debilidades: el juego y los niños.

- Supongo que no tengo que repetirle que la niña sólo tiene 6 años, así que disfrute pero cuide de lastimarla.  

Ayumi-san le había recibido y hecho pasar por un largo pasillo que conducía a una pieza, donde suponía se encontraba la niña.

- Pierda cuidado, la entregaré completa.

En el centro de la habitación se encontraba una cama y sobre ella la pequeña Risa completamente desnuda. A los ojos de Riota, Risa era un verdadero sueño allí tendida sobre su pequeño vientre, lo primero que hizo fue darle unas pequeñas nalgadas y pasear sus decrépitos dedos por los muslos de esta. Dejó caer un hilo de saliva espeso por la pequeña espalda y lo esparció con la palma de la mano. Risa no mostraba ninguna resistencia y hasta le sonrió tiernamente cuando el anciano, completamente extasiado, la sentó sobre sus piernas y lo acomodó justo sobre su verga. Hacía mucho tiempo que no se excitaba tanto.
Risa por su lado, cuando descubrió la protuberancia sobre la cual estaba sentada, se refregó como lo haría un gato, cosa que enardeció todavía más al anciano que de manera impaciente bajo su cremallera y sacó su palpitante verga exhibiéndola a los ojos de la niña.    

- No vas a darle un beso a mi amigo?

                Al hacer la pregunta Risa sonrió, pues le parecía gracioso el nombre con que llamaba el anciano aquella cosa. Risa obedeció al anciano, así que de forma lenta acercó su boca al miembro ahora totalmente erecto que sostenía entre sus manos y lo besó con los labios.  El viejo tenía los ojos en blanco y temblaba como una hoja. Risa ya no sólo besaba, ahora tal como lo hiciera una mujer grande, Risa comenzaba a pasar los labios alrededor del glande. Riota no podía creerlo, como si no bastara la obediencia de Risa, esta además ahora comenzaba a engullirse el glande entero.

- Pequeña puta. Exclamaba el anciano. Hija de puta.

                Risa seguía con el trabajo cuando pudo sentir una convulsión dentro del tronco que tenía en su boca. En ese momento, justo en ese preciso momento Risa mordió con toda la fuerza que tenía  para luego dejarse caer desde la cama al suelo.

- El tiempo se acabó Riota-san- de dentro de la habitación sólo respondió el silencio- espero que la pequeña no se encuentre lastimada.

                Ayumi-sama tropezó con el cadáver de Riota-san, Risa se encontraba en una esquina de la habitación sonriendo, satisfecha con su primer trabajo.

- Es así como debo ganarme la comida?

                Esa misma tarde Risa fue a dar con la horma de su zapato.  Ayumi-san presa del pánico hizo desaparecer el cadáver y a Risa la regaló al peor animal de todo Japón, Kouta.
Kouta era un tipo adinerado que gustaba de hacerse de cuanta mujer y niña encontrara en la calle, alguna de ellas las tenía como préstamo en alguno que otro prostíbulo pero a las más pequeñas las tenía para su diversión, simplemente el más ruin de los pederastas de Japón. 

-Esta niña está muy buena, estás segura de que quieres regalármela.
- Esta niña es un demonio, así que haz lo que quieras con ella, mátala si incluso es preciso.

                La suerte estaba echada, esa misma noche Kouta invitó a varios de sus amigos y entre medio de apuestas y tragos, uno de sus particulares tradiciones dio rienda suelta. Pasó un tiempo antes de que Risa entendiera en su totalidad que fue lo que pasó aquella noche, y que fue lo que pasó durante muchas noches más. Ahora ya mayor sólo recordaba como esa noche fue arrastrada entre los matorrales al igual que otras dos niñas y como en el centro de un círculo de varios hombres fue penetrada una y otra vez… Risa aún recordaba como entre todo su dolor trataba de levantarse para ser tirada nuevamente al piso y seguir siendo violada, aún recordaba la risa de aquellos hombres, aún despertaba en las noches  recordando las miradas de horror de las otras dos niñas cuando a mordidas les arrancaban los pezones, aún retenía en la memoria como las otras niñas aún seguían siendo violadas cuando ya estaban muertas…

- Simplemente no puede ser- suspiraba Gaki mientras caminaba a la sala de clases.

                Risa cumplía los 7 años sin entender porque su cuerpo seguía resistiendo tanta flagelación y dolor, Risa cumplía los 7 años sin entender porque su cuerpo no se encontraba entre aquellos que todos los días después de echarle bencina iluminaban su frágil figura. Risa cumplía los 7 años cuando conoció a Yuko-onesan. Risa cumplió los 7 años y finalmente pudo entender porque su cuerpo resistía y porque su cuerpo no iluminaba como esos que ardían, Risa pasaba ya los 8 años y pudo comprender que era porque ella tenía que seguir viviendo para salvar a otras como ella. 

–Takahashi es simplemente…. Imposible.

3 comentarios:

Miki IV dijo...

Qué fuerte! Me has dejado anodadada. No puedo expresar la repulsión que siento por la pederastia, y la narración en este caso fue cruda y dura.
Realmente no puedo decir más, sólo que espero con ansias lo que sigue. Ganbatte!

Anónimo dijo...

OMFG!!!!!
que fue esoo!!!
es super fuerte!!!
me gusto mucho tu forma de narrar!!
pero fue deprimente la historia!!
sigue pronto!
Animo Gaki.. ai-chan no es imposible!! hehe

Seryni dijo...

WTF? GAKI-SAN!! D:

pero que mas da... me gusto, demasiado realista SUGOIII!!! >O<

ahora quiero saber que pasara después CHAN!!! aun con su pasado triste... GAKI-SAN RULZ!! DX YEAH!

Publicar un comentario

¿que te parecio el capitulo?